1. Dulce tortura


    Fecha: 14/08/2022, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    La puerta de la habitación estaba abierta tal como la había indicado. Avancé hacia la cama contemplando su cuerpo desnudo con los tobillos ya atados a las dos esquinas inferiores de la cama. Noté como contenía el impulso de mirarme.
    
    Me acerco a ella sin mediar palabra. La tomo de las manos y se las sujeto a las cuerdas ya preparadas a tal efecto en el cabecero. Tiembla cuando rodeo su cabeza con la venda apartando tiernamente el cabello rizado y negro como el ala de un cuervo que nunca le permito cortarse.
    
    No sabe que es lo que va a ocurrir. Piensa que va a ser severamente castigada por alguna falta. Y así es, pero no la clase de castigo que se espera.
    
    Tranquilamente coloco el contenido de mi bolsa sobre la mesilla junto a la cama, los pequeños ruidos que hago no hacen sino aumentar su inquietud.
    
    -Amo por favor, lo siento. Perdóneme…
    
    No la contesto. Coloco mis dedos índice y corazón sobre sus labios indicando que guarde silencio. Se que eso la mata, el no tener ninguna idea, ninguna información de su falta y castigo la hace temerse lo peor.
    
    Me siento sobre la cama y la acaricio el pelo. Un suspiro ahogado de sus labios me dice que ya está preparada.
    
    Alargo la mano hacía la mesilla y cojo un suave plumero con las plumas teñidas de rojo. Doy una leve pincelada en su cuello y tiembla. Ya sabe que clase de castigo la espera.
    
    -Amo, piedad por favor! Azóteme, use las pinzas, cúbrame de cera, destroce mi culo! Pero esto no por favor!
    
    -Silencio- Contesto ...
    ... suavemente pero la firmeza en mis palabras no deja lugar a dudas. Debe guardar silencio y aceptar el castigo.
    
    El plumero continua su trabajo. Recorro su cuerpo desde la barbilla bajando su torso hasta llegar a su pubis. Contiene un gemido cuando las plumas acarician los pliegues bajo sus pechos. Conozco bien las zonas en las que la piel es mas fina y por lo tanto más sensible.
    
    Dedico un buen rato a acariciar sus muslos torneados subiendo de nuevo al torso evitando deliberadamente las zonas mas erógenas. Para ellas tengo reservado un trato especial.
    
    Le coloco el mango del plumero en la boca. Ella sabe que será severamente castigada si se le cae. Me dirijo de nuevo a la mesilla y recojo un hielo de una cubitera. Lo humedezco y acercándolo a su mejilla dejo que una gota caiga sobre ella. Se agita y su rostro es de puro terror al comprender.
    
    Sin dejarla procesarlo paso el hielo por la circunferencia de sus pezones lentamente Su espalda se arquea y son evidentes los esfuerzos por no soltar el mango entre los dientes. Cuando considero que sus pezones han recibido suficiente castigo me acerco entre sus piernas. Una súplica en forma de un chillido ahogado en su boca surge cuando abro los labios de su coño y acerco el hielo al clítoris.
    
    El impacto del frío la sacude y desesperada lucha con sus ataduras. El placer sin control la está enloqueciendo y sabe que solo tendrá el valioso orgasmo que tanto desea cuando yo así lo decida.
    
    Su cuerpo esta ardiendo a pesar del frío ...
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