1. Fui el regalo de luna de miel de unos recién casados


    Fecha: 01/08/2022, Categorías: Gays Autor: radioladio1, Fuente: CuentoRelatos

    ... la verga cómo si fuera un caramelo. No nos veía a los ojos, pero veía con ojos de enamorado nuestras vergas. Luego se incorporó y me hinqué yo. Les estuve mamando la verga por un rato, mientras ellos se besaban, luego le tocó al Moreno mamar mientras nos veía besarnos.
    
    Poco a poco fuimos acercándonos a la cama.
    
    Mientras me besaba con el oso, el moreno me apoyaba su verga contra el culo. Hasta que estaba el oso sentado en la cama, yo mamándole la verga mientras el moreno me estaba lamiendo el culo.
    
    -¿Crees aguantar los dos?
    
    -Tal vez, yo creo que sí.
    
    Dudé por un momento mientras con ambas manos evaluaba las vergas.
    
    -¿Seguro? No quiero lastimarte. Me dijo el oso, la expresión en su cara era genuina.
    
    –No me van a meter las dos al mismo tiempo! Es una a una. Y yo creo que si.
    
    Me empezó cogiendo el moreno. Primero yo boca arriba, con las piernas en sus hombros. Estaba rico agarrarme de sus hombros, cada que nos movíamos más adentro de la cama o cuando reacomodaba el condón el moreno, aprovechaba para tratar de meterme el trozo de carne completo del oso en la boca. En verdad era de esas vergas rosadas hermosas en las que quieres asfixiarte. El oso me ponía los huevos en la cara mientras se jalaba la verga.
    
    -Ya quiero. ¿Puedo? Le preguntó el oso al moreno.
    
    -Bueno, dale, pero tranquilo.
    
    El oso me sacó la era de la boca y se bajó de la cama, se puso un condón y lubricantes y se puso detrás del moreno. Con cada embestida que me daba el Moreno, su culo ...
    ... chocaba y hacia presión sobre la verga del oso. El moreno se estaba pasando de velocidad. Sentía que me batía rico pero era demasiado fuerte o torpe. Estaba sudando, me caían gotas en la cara y solo veía su expresión casi primitiva observándome. En una de sus últimas arremetidas...
    
    -¡No mames!
    
    Grito y rápidamente se paró de la cama quejándose. No mames no mames no mames. Se quejaba.
    
    -Amor perdón. Le dijo el oso.
    
    Al parecer se la había dejado ir volviendo de una de esas arremetidas.
    
    Entre risas nos volvimos acomodar. El moreno se vino cogiéndome. Cuando se quitó el condón pude ver su semen blanco y espeso atrapado.
    
    El oso me puso en cuatro, al filo de la cama y me empezó a separarme las nalgas y a ponérmela. La punta de la verga daba aviso del calibre mucho más grande que la verga que había estado recibiendo durante rato. Yo abría y cerraba el ano masajeándosela y poco a poco me la fui metiendo. El oso solo jadeaba diciendo lo rico y calientito que sentía. Para ese entonces el moreno estaba en la cama recargando viéndonos y se la seguía jalando ya seco.
    
    Sentía la barriga del oso en la espalda baja, con ambas manos me agarraba la cintura y a ratos me suspendía en el aire con la verga metida hasta adentro.
    
    -Casi me vengo. Le avisé.
    
    -¿Te dan asco o te los puedo echar en la cara?
    
    Solo asentí y me cambié de posición, para tener su verga en la cara. Se quitó el condón y entonces recuerdo la mejor vista: el oso de pie al filo de la cama, con su gorda verga ...