1. Una fantasía en el laboratorio


    Fecha: 26/07/2022, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Juliette, Fuente: CuentoRelatos

    ... ojos y con voz sensual le susurré –Lo necesito.
    
    Sus brazos se pusieron duros para cargarme de mis piernas, me bajó del escritorio y me empinó rápidamente. Le ayudé a bajarme mi apretado pantalón para encontrarse con mi cachetero blanco.
    
    -¿Acaso quieres matarme, mujer?
    
    Moví mis caderas a los lados –Te estoy esperando.
    
    Pasó sus dedos por encima del cachetero –Estás muy mojada-, parecía más nervioso que yo.
    
    -¿Qué estas esperando? –Acto seguido me introdujo sus dedos y su pulgar me empezó a agitar el clítoris.
    
    -No solo eres bueno programando con los dedos, ¿eh? –Escuché una ligera risa y después una lengua saboreándome.
    
    Me volteé con la única intención de ver si estaba tan ansioso como yo. Le quité el cinturón y le bajé ahora yo su pants. Un pene salió como resorte esperándome. Sin pensarlo le di un suave oral. Escuché verdaderos gemidos de placer de su boca. Me tomó del cuello y me levantó para volver a empinarme y sin pedirme permiso me penetró. Empezó suave a probarme mientras me nalgueaba de la manera que tanto me gustaba.
    
    -Justo así -dije entre gemidos. Me taladró hasta que mi trasero sonaba como aplausos contra su pelvis. Tomé los extremos del escritorio para apretarlos. Mis piernas empezaban a temblar y su pene se salía a cada rato pues me encontraba escurriendo.
    
    Quería más. Me terminé de sacar el pantalón y me subí al escritorio de cara con él.
    
    -No te detengas -le supliqué sumamente caliente y le abrí mis piernas.
    
    No esperé respuesta pues ya volvía a tener a su pene dentro de mí. Me agarraba de la cintura para acercarme hacia él, me encantaba que apretara mi cadera tan fuerte que creía que me escaparía. Parecíamos no tener suficiente. Sus gemidos cambiaron a unos más fuertes, fue entonces cuando sentí caliente dentro de mí. Me miró a los ojos sin detener su respiración agitada y sonrió.
    
    -Me encantas -Le respondí con una mordida en los labios.– Quiero hacer esto de nuevo.
    
    Aquella adrenalina mantuvo mi día alegre.
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