1. El consentidor


    Fecha: 19/07/2022, Categorías: Infidelidad Autor: Hansberville, Fuente: CuentoRelatos

    ... en el muslo de Hans, muy cerca de su ingle. La polla del desconocido comenzaba a reaccionar. Roberto no perdía detalle y también empezaba a empalmarse.
    
    Hans miró a Ariel a modo de demanda. Ella le respondió guiñándole un ojo y siguió con su mano sobre el duro muslo de él. Ahora acariciaba en dirección hacia su ingle. El invitado desconocido dirigió la mirada a Roberto, que acariciaba su polla erecta lentamente. Este asintió con la cabeza dándole a entender a Hans que aprobaba aquella actitud de su mujer. Así el hombre se dispuso a disfrutar de las atenciones de ella. Se tumbó hacia atrás apoyado sobre sus codos, exhibiendo su buen cuerpo tan largo era y dejando que su polla reaccionara a las caricias que recibía.
    
    Ariel agarró el tronco del miembro de Hans calibrando su grosor. Con la otra mano hizo lo mismo con la de su marido para comprobar que aquel desconocido estaba mejor dotado que Roberto. Comenzó a pajear a ambos hombres lentamente. Nunca había tenido dos pollas en la mano. Es más, nunca había tenido otra polla diferente de la de su marido en la mano. Y ahora, en aquella playa nudista, al sol de la tarde disfrutaba del morbo que le producía pajear a un completo desconocido delante de su marido:
    
    -¿Por qué no se la comes Ariel? -le propuso Roberto.
    
    La mujer no lo dudó. Se colocó de rodillas, entre las piernas de Hans, de manera que su marido tuviera una buena visión de lo que iba a hacer. Se recogió el pelo en una cola y, poco a poco, fue dirigiendo su boca ...
    ... hacia la polla del invitado. La agarró fuerte con la mano y tiró de la piel hacia abajo para liberar un capullo gordo de color intenso. La notaba dura, tensionada, con las venas marcadas en el tronco grueso. Pasó su lengua por el glande. Generó saliva y jugueteó alrededor de él, circundándolo. Sabía a sexo, a hombre, a macho, a morbo. Su coño latía como un volcán en erupción y se inundaba con su flujo caliente. No pudo evitar la tentación de acariciárselo. La estrecha franja de vello púbico, rizado, estaba mojada por el líquido que manaba de su interior.
    
    Por fin se introdujo el falo enhiesto y duro como el acero. Tuvo que abrir la boca esforzando su mandíbula para dar cabida al miembro de Hans. Cerró sus labios en torno al tronco y comenzó un movimiento de cabeza de arriba a abajo. El desconocido suspiraba sintiendo como su polla se derretía en la boca de aquella preciosa mujer. El marido resoplaba y seguía pajeándose, viendo como su mujer no había dudado en comerle la polla a un completo desconocido delante de él.
    
    Ariel sintió arcadas cuando el capullo de Hans topó con su campanilla. Se la sacó de la boca para evitarlas y sus babas quedaron prendidas de sus labios hasta la polla. Ahora lo volvió a intentar. Acomodó la garganta de modo que el miembro del desconocido pudiera ir más allá. Así consiguió encajarla y darle todo el placer de una garganta profunda:
    
    -Aaggg -gritó Hans -qué guarra es tu mujer, joder.
    
    -¿Te gusta cómo te la chupa?
    
    -Ufff. Es una auténtica ...
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