1. El consentidor


    Fecha: 19/07/2022, Categorías: Infidelidad Autor: Hansberville, Fuente: CuentoRelatos

    Roberto fumaba nervioso en el salón de su casa. Eran las 4 de la mañana del lunes y no podía dormir. Su mujer, Ariel, se había marchado el viernes por la tarde a pasar el fin de semana. Ahora, a pocas horas de su vuelta, los nervios impedían al hombre conciliar el sueño. Si bien desde el primer momento su mente había imaginado multitud de situaciones, a medida que pasaban las horas su imaginación generaba imágenes más truculentas.
    
    Llevaban 20 años casados y ahora, metidos en la cuarentena, habían decidido darle algo de morbo a su relación. Desde hacía tiempo a él le excitaba imaginar a su mujer con otro hombre. Ella, que al principio le pareció una broma, empezó a fantasear con esa idea. Cuando lo hacían se excitaban imaginando hacerlo con otros hombres y con otras situaciones. Comenzaron a frecuentar páginas de contactos, ver porno de intercambios y a acudir a playas nudistas.
    
    Y fue ahí donde empezó todo. En aquella playa tinerfeña. En un paraíso natural apareció el hombre que lo cambiaría todo. Sentados en la arena fina de aquella playa, vieron venir en su dirección a un hombre muy alto, grande, guapo y con una buena polla. Era Hans.
    
    El tipo les vio y se sentó a pocos metros de ellos. Durante una media hora hubo contacto visual entre Ariel y Hans. Ella era alentada por Roberto a que se dejase ver. A que fuera atrevida. La mujer le comentaba a su marido que le gustaba. Era de su edad y estaba muy bien:
    
    -¿Te gustaría que se acercara? Este podría ser el tipo que ...
    ... estamos buscando.
    
    -Ufff, el tío está muy bueno. Me gusta que sea tan alto. Y tiene un buen rabo…
    
    El matrimonio tenía decidido llevar a cabo su fantasía sexual. Que Roberto observase como Ariel le era infiel con otro hombre. Solo de pensarlo Roberto se empalmaba y Ariel sentía como su coño se humedecía.
    
    Durante esa media hora el cruce de miradas y exposición fue constante. Hans, el desconocido, se puso en pie y se acercó al matrimonio. A medida que se aproximaba su miembro, en estado de semi reposo, se balanceaba de manera morbosa. Ariel, con media sonrisa en su cara, comenzó a fantasear con tenerla en su boca. Roberto también comenzó a excitarse con ver a su mujer con aquella polla dentro:
    
    -Hola, soy Hans -se presentó el hombre a escasos metros de Ariel -¿tendríais una botella de agua? Se me ha olvidado traer y estoy seco.
    
    La mujer, sentada sobre una toalla y apoyada sobre sus brazos, le sonreía mirándolo desde abajo. Su coño segregó más flujo caliente y sus pezones se endurecieron:
    
    -¿Te gustaría sentarte y tomarte una cerveza con nosotros? -le preguntó Roberto ofreciéndole una botella de agua.
    
    -Si no molesto, de acuerdo. -Contestó Hans mirando hacia abajo, a la cara de la mujer.
    
    El invitado se sentó al lado derecho de Ariel dejándola entre ambos hombres. Comenzaron una agradable conversación al tiempo que bebían unas latas de cerveza. El ambiente se fue relajando y de manera casi natural el tono de la charla fue subiendo. Entre risas, Ariel puso su mano ...
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