1. Sometido a los pies de una anciana


    Fecha: 11/07/2022, Categorías: Fetichismo Autor: anibalbaldasi, Fuente: CuentoRelatos

    ... una forma hermosa a su pie con un arco perfecto, el dedo gordo ligeramente mas largo que el resto, acaricio su pie y noto la calidez del mismo mezclado con un leve sudor y ni hablar del aroma absolutamente perturbador para mi mente fetichista, mi verga que se alzó como un resorte ya se quería salir del pantalón, apoyo su piecito en mi pierna y voy descalzando su otra bota volviendo a acariciar su pie, " Uy que alivio Abel ya no soportaba mas estas botas, me estaban apretando y haciendo dolor los pies" yo ya estaba totalmente en otro mundo y mi instinto me llevó a tomar su pie y darle un suave masaje, "Uy que hermoso, me encanta!!!, que hermoso masaje no sabes lo que me hace falta" decía Amelia mientras cerraba sus ojos y se acomodaba aún más en el cómodo sillón, yo ya estaba fuera de mi sin control de mis inhibiciones y llevé su pie a mi boca y comencé a besarlo y pegarlo en mi cara para sentir ese aroma que me volvía loco, no me importaba cual fuera la reacción de ella solo tenía que hacerlo, ya no veía nada, solo su hermoso pie pegado a mi rostro, todos mis sentidos estaban absortos a ese momento y lejos de sentir la reacción natural de sorpresa que pudiera tener Amelia de quitar su pie y ...
    ... enojarse, me dejó hacer y alce mi vista y vi su rostro y sus lindos ojos celestes con una sonrisa de satisfacción, lo que hizo que siguiera adorando su divino pie.
    
    Amelia se dio cuenta del éxtasis en el que estaba y el otro pie que estaba apoyado en mi pierna lo movió hacia mi verga que ya estaba que explotaba, a medida que rozaba su piecito en mi verga yo me pegaba más a su otro pie para besarlo desesperadamente, de pronto saca su pie de mi cara y de mi verga y me dice que me ponga de pie, al hacerlo me baja el pantalón y el bóxer y deja mi verga totalmente dura al descubierto, me mira con rostro sonriente y sabiéndose dueña de la situación agarra mi pene y se lo lleva a la boca, lo besa, le da una suaves lamidas y se lo introduce para darle una mamada que me estaba haciendo temblar de placer, tanto que apenas podía sostenerme parado.
    
    No pude resistirme demasiado, mi cuerpo se estremeció de placer de una forma que nunca lo había hecho antes para que mi semen estallara dentro de su boca a borbotones, siguió mamando para no dejarme una sola gota de leche tragándoselo todo, volvió a mirarme sonriendo y yo no pude hacer otra cosa que caer a sus pies para besarlos y decirle gracias, gracias, gracias. 
«123»