En el pub nos dejamos llevar y sorpresa...
Fecha: 21/06/2022,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... vamos a ver, síguele un poco la corriente no te apartes, arrímate tú a él. (Mi estómago por dentro ya empezaba a tener mariposillas, la situación era tal y como lo habíamos soñado alguna vez. Me da mucho morbo que Mireia se estuviera ofreciendo a aquel desconocido)
La cara de Mireia a los pocos minutos empezó a cambiar, con sus ojos y mirada me estaba describiendo perfectamente lo que estaba sucediendo. El chico cada vez era más insistente en sus caricias y todo indicaba que ya no iba a parar.
De repente Mireia se me acercó aún más, y me dijo al oído
- “Cariño está intentando subirme el vestido, noto como con su mano está recogiendo la falda y casi la tengo por encima de mis caderas”
Yo no me atrevía ni a mirarlo, sólo prestaba atención a las palabras de Mireia en mi oído.
-Mario, ya tengo la falda arriba, ¿qué hago?, estoy empezando a notar la palma de su mano en mi espalda desnuda.
Ahora era yo el que empujaba a Mireia hacia el individuo, prácticamente estábamos formando un sándwich. Y en ese momento le dije a Mireia al oído que se dejara llevar, que confiara en mí, que yo sabía lo que hacía.
Me puse de frente a Mireia, me miraba a los ojos, y levanté mi vista para encontrarme con la del individuo que en éstos momentos pegado al culo de mi esposa.
El chico y yo nos miramos, nos sonreímos y me entendió perfectamente que le daba mi aprobación para que continuara con la exploración del culo de mi mujer.
El chico se dio la vuelta y pegó su cuerpo a ...
... la espalda de Mireia, noté como la cogía por la cintura y la abrazaba llegando a rodearla con sus brazos.
En esos momentos Mireia ya tenía la falda totalmente fuera del sitio y las manos ásperas y grandes de nuestro amigo ya estaban bajando las braguitas de mi mujer hasta la mitad del muslo. El ajetreo y cantidad de gente que había en el local hacía pasar desapercibida la situación.
Yo por mi cuenta ya había comenzado a acariciar los pechos de Mireia, sus pezones estaban totalmente enhiestos, rígidos como una piedra, más razón para pensar que ella estaba empezando a disfrutar de la situación.
El movimiento del cuerpo de Mireia me daba la información suficiente para saber lo que estaba haciendo el chico. Mireia, se arrimó a mí oído y casi suspirando me dijo que ya tenía la mano entre sus piernas, entre sus muslos.
- Mario, éste tío tiene las manos enormes y sus dedos no paran de subir y bajar por mis muslos.
- ¡!Uhmmm ¡! –le dije yo a mi mujer-Cariño ven aquí, mírame y sigue contándome, descríbeme cada paso que da, esta situación me está poniendo muy cachondo, no lo sabes tú bien.
- Mario, lo tengo pegado como una lapa, una mano ya la tengo en el vientre, y está empezando a bajar hacia el pubis y la otra no hace más que recorrer mi culo de arriba abajo, me da pequeños pellizcos. Buff, cielo me estoy poniendo muy perra, me está besando el cuello por detrás y la espalda, ya sabes lo cachonda que me pone eso. ¡Diossssssssss! cómo maneja los dedos, sus caricias me ...