1. En el pub nos dejamos llevar y sorpresa...


    Fecha: 21/06/2022, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Somos Mirea y Mario, una pareja de 39 y 43 años, sin hijos y con trabajo estable, lo que nos ha permitido hasta ahora disfrutar de lo que se dice una situación económica más que desahogada. Nos gusta mucho viajar, salir de compras, de cena, cine, disfrutar de la vida al máximo.
    
    Mireia mi mujer, es una mujer con facciones muy atractivas, formas redondeadas, pechos redondos y grandes tal y como me gusta a mí (nunca me han gustado las mujeres excesivamente delgadas) y una cintura que permite destacar un culo impresionante, muy hermoso.
    
    Llevamos 13 años casados, y aunque con algún altibajo que otro como ocurre en todas las relaciones, podríamos considerar que llevamos una convivencia plena en todos los aspectos, tanto en el emocional como en el plano sexual.
    
    Lo que os voy a contar sucedió hace aproximadamente un mes y aún me estoy recuperando del cúmulo de sensaciones vividas durante esa noche.
    
    Como en otras ocasiones nos fuimos a cenar en uno de nuestros restaurantes favoritos, es un lugar muy agradable, con pocas mesas, luz tenue y en el que ya somos recibidos como en casa al conocer desde hace mucho tiempo tanto al dueño como a sus camareros.
    
    La cena transcurrió con total normalidad, bebimos uno de nuestros vinos favoritos y tras lo cual Mireia se le ocurrió la idea de ir a un local de copas que se encuentra cerca del restaurante y también de nuestro barrio.
    
    No hizo falta coger coche, llegamos caminando, abrazados como dos tortolitos enamorados de 20 años, ...
    ... y mis manos podían disfrutar a cada paso de las curvas y los meneos de cadera de mi mujer.
    
    Entramos en el local, dejamos las chaquetas y nos fuimos directamente a la barra a pedir nuestras copas. El establecimiento estaba a rebosar nos costó bastante tiempo llegar a la barra, y mientras llegábamos nuestros cuerpos no paraban de rozar y chocar con el resto de personas que estaban allí.
    
    Ya en la barra, pedimos nuestras copas y nos pusimos a hablar muy cerquita uno del otro ya que el volumen de la música era ensordecedor. Pasaron apenas unos minutos y Mireia no hacía más que echarse encima de mí, como si la estuvieran empujando.
    
    Con tanta gente era lo normal, pero al poco tiempo los empujones eran tan insistentes que Mireia ya comenzó a sospechar que el chico que tenía detrás estaba aprovechando los empujones para sobarle el culo.
    
    -Mario dime quién está detrás de mí, ¿lo llegas a ver?
    
    -Mireia, es un chico que está pidiendo una bebida, tranquila ¿por qué lo dices?
    
    -Lo tengo casi encima, es más, creo que lo que al principio era un empujón, ahora mismo creo que tengo una mano suya reposando en mi espalda y no para de bajar hasta la mitad de mi culo.
    
    -No jorobes Mireia… ¿de verdad?, (Mireia y yo alguna vez habíamos fantaseado con situaciones así, en las que ella era parte de una escena erótica y yo no participaba.
    
    -Mario, te lo digo en serio, ¿qué hago? Cada vez se está haciendo más intenso su manoseo, por favor haz algo.
    
    -Pero cielo si igual no es nada, ...
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