1. Verano con Isabel


    Fecha: 18/05/2022, Categorías: Fetichismo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... era un simple aseo, tenía como todas las pertas de la casa una cerradura, que con el paso del tiempo como casi todas las puertas ya no funcionaba y no tenía la llave puesta, era una de estas como las de los armarios que al quitarla deja un hueco de varios milímetros, pero como estaban los abuelos me daba miedo ponerme a mirar por si me pillaban.
    
    Esa misma tarde mi prima entro a tomarse su ducha diaria, yo enseguida cerré todas las puertas del pasillo para que desde dentro solo se viera oscuridad por la cerradura y no se notara que algo impedía que pasara la luz a través de ella. Como medida de precaución también estere a oír el agua en la ducha y así evitar que mi prima saliera a por algo que se hubiese olvidado.
    
    Nada más mirar me la encontré solo con unas braguitas comprobando que el agua estuviese caliente, tenía un cuerpo delicioso, con las braguitas aunque fueran normales estaba muy sexi, enseguida de las quito y se dio la vuelta para dejarla en el montón de la ropa que se había quitado, que decir de lo que sentí con 18 años, sin haber visto nunca una mujer desnuda al ver a Isabel con sus preciosas nalgas, sus tetitas con los pezones tiesos y esa mata de pelo que le tapaba el chochito… me puse nerviosísimo y excitadísimo, no pude evitar tocarme, pero no quería perder detalle, cuando se ...
    ... metió en la ducha a través dela cortina se la veía como se lavaba los pechos la entrepierna… uff, estaba que no podía más.
    
    Ni que decir tiene que no veía la hora de que se acostara y coger aquellas braguitas que le había visto puestas para saborearlas y ponérmelas, para masturbarme con aquella visión…
    
    Estaba borracho de lujuria, durante varios días lo mismo, mi prima se metía en la ducha y yo la observaba desnudarse, me excitaba cuando la pillaba aun con el sujetador puesto y ella echaba las manos para atrás y dejaba sueltas sus tetitas, pequeñas pero tersas y siempre con los pezones tiesos, después se agachaba para dejar la prenda, al levantarse las braguitas tendían a adentrarse entre sus nalgas, no sé porque siempre metía el dedo entre el elástico para sacárselas de allí justo antes de quitárselas, supongo que la costumbre, pero a mí me ponía malo.
    
    Como mi abuela no hacia la colada muy a menudo no había prisa, ya no cambiaba una bragas por otras, me ponía unas y mientras me masturbaba como un mono olía y saboreaba las que se acababa de quitar, que identificaba sin problemas porque se las había visto puestas, dormía con unas completamente descapullado, me gustaba el tacto de aquel algodón en el capullo y las otras las metía debajo de la almohada para olerlas nada más despertarme, era feliz… 
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