1. Nuestra obra maestra (Segunda parte)


    Fecha: 16/05/2022, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Erothic, Fuente: CuentoRelatos

    ... a llevarme al paraíso. Lo haces lentamente. Tragándote gran parte de mi verga que cada vez está más morada.
    
    Por un momento cierro los ojos disfrutando del delicioso instante percibiendo con intensidad todas las ricas sensaciones que me transmite tu cálida boca. Hasta que los abro de nuevo y veo como tu oscura y ondulada melena se mueve dándome ese exquisito placer que me hace temblar de gusto. Meto mis dedos entre tus holanes castaños y sin pretenderlo en ese momento de máximo placer presiono tu cabeza sobre mi miembro queriendo que lo tragues todo, consiguiendo que llegue a tu garganta engullendo mi polla dentro de tu boca y llenándola de tu caliente saliva.
    
    Joder como gozo. Cómo disfruto de la increíble mamada que me estás dando. Me lo haces despacio y siento cada roce y cada caricia de tus cálidos labios succionando mi polla y recorriendo cada centímetro de ella. Noto como la presión de tus labios me está llevando al límite y empiezo a retorcerme de gusto jadeando.
    
    Y cuando pienso que ya no puedo más y que pronto explotaré sacas mi verga de tu boca y me miras con una cara llena de lujuria y deseo. Te incorporas delante de mí girándote y mirándome por encima del hombro dándome la espalda.
    
    (Erothic)
    
    Es hora, sellemos este compromiso. Me levanto y te doy la espalda, de inmediato te restriegas en mi espalda empuñándome tu parado falo en mis suaves nalgas, acariciándome las tetas desde atrás. Sí, eso me encanta, adelante, te encamino sujetándote las manos con ...
    ... las mías para que sigas tocándome como me gusta.
    
    Entonces me inclino recargándome sobre el escritorio, parándote mi indefensa colita para que abuses de ella como más te plazca. No tardas mucho antes de calvarme tu duro falo en mi mojada vagina. Me está gusta tanto que inevitablemente exhalo un profundo gemido tras otro en cada dura embestida, estrellando tus duros muslos en mis delicados glúteos blanquecinos, produciendo un sonido de acuosos aplausos en mi vagina que no deja de secretar más y más fluidos lubricantes por todo ese placer que me haces sentir.
    
    Estaba completamente perdida y excitada, mi respiración me sofocaba, mi corazón bombeaba con desdén, y mis piernas sucumbían ante el éxtasis del momento, no podía soportarlo más. No me quedaba más remedio que parar un momento para darme media vuelta y sentarme sobre el escritorio. Así que me giré y me senté una vez más en tu buró, separé mis muslos tanto como pude descansando mis largas piernas tambaleantes forradas de seda negra, forzando a sacar tu anchado pene deseoso de mí, tan solo un instante antes de regresarlo al los confines de mi intimidad par que continuase dándome todo ese placer desmedido.
    
    (Julio G)
    
    Vuelves a sorprenderme cuando sin avisar te separas de mí, perdiendo el contacto de nuestros sexos y te sientas de nuevo en mi escritorio. Lo entiendo enseguida. Conduzco mi miembro que está durísimo de excitación a tu vagina. Mi glande contacta con tus labios y percibo tu humedad. Lo froto sobre ellos ...
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