1. Flashes


    Fecha: 03/05/2022, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... dar un último jaque a su endiablada defensa.
    
    Bajé mi mano lentamente, con la palma acariciando todo su costado desde su hombro hasta su muslo. Al llegar al muslo, la miré a los ojos y todavía con su pezón en mi boca acerqué mi mano a su mojado coño. Vi como cerraba los ojos. No sabía si conseguiría ganar la partida, pero tenía claro que no le iba a ser nada fácil ahora.
    
    Como Animales
    
    Ella estaba a cuatro patas y yo la penetraba con furia. Cada embestida la dábamos como si estuviéramos luchando y ese fuera a ser nuestro movimiento final. Follábamos sin contemplaciones, como animales, mi miembro la empalaba una y otra vez mientras ella llevaba mis manos a sus grandes pechos.
    
    No sé cuanto tiempo estuvimos así, pero fue el suficiente para que su coño se contrajera con fuerza sobre mí.
    
    - ¡Sigue!
    
    - ¡No pares!
    
    - ¡No pares!
    
    Aceleré aún más hasta que su orgasmo acabó.
    
    Sorpresa
    
    Por suerte para mí, conseguí evitar mi propio orgasmo. Lo que no sabía es lo que me hubiera perdido de haberlo tenido en aquel momento.
    
    Estaba recuperando el aliento aún cuándo se ...
    ... separó de mí bruscamente, se levantó y se acercó a mi oído.
    
    - No vas a resistir esto - me susurró.
    
    Acto seguido me empujó contra la cama tumbándome. Se sentó sobre mí haciendo gala de su cuerpo. Pensaba que no podría apartar la mirada de sus tetas, pero eso fue subestimarla.
    
    Echó su cuerpo hacia atrás enseñándome todo su coño y agarró mi miembro con su mano. No tardó en acercárselo, en restregarlo con su coño para acabar mentiéndosela por el culo con decisión.
    
    Mi cara fue un poema, no podía creer lo que acababa de pasar. Se acababa de ensartar el culo con la única lubricación que ella misma había dejado sobre mí.
    
    No esperó a empezar a cabalgarme, al principio lentamente, permitiendo que sus músculos se dilataran, pero poco más tarde empezaría a cabalgarme como una auténtica amazonas.
    
    Llevaba un ritmo brutal, cuando me hizo pasar el punto de no retorno. Sin pensármelo dos veces la agarré la espalda y me la llevé a mí, tomando las riendas y reventéndola el culo en un mete y saca que acabó haciéndome explotar en sus profundidades.
    
    Tenía razón, no pude resistir aquello. 
«123»