1. Mi primera infidelidad; me acosté con su mejor amigo


    Fecha: 22/04/2022, Categorías: Confesiones Autor: tony e irene, Fuente: RelatosEróticos

    ... pertenecía a Sergio, y me frené. Pedí mi copa mientras sentía su mano acariciándome el culo. Cuando me la trajeron, me volví hacia Sergio y le dije:
    
    -Bueno, creo que ya me has tocado el culo suficiente, ¿no?
    
    -Lo de suficiente es opinable -bromeó Sergio, sin apartar su mano de mi nalga.
    
    -No creo que a tu amigo le guste esto -dije.
    
    -Mi amigo está al otro lado del garito -sonrió maliciosamente.
    
    Al final, él no apartó la mano de mi culo y yo no se la aparté. Sergio sólo dejó de tocarme el culo cuando volvimos con Tony, que cada vez parecía estar más malhumorado. Sergio y yo seguimos bailando. Le pasé los brazos por el cuello, moví mis caderas para él, nos hablábamos al oído... En un momento dado, Tony se nos acercó y dijo que estaba demasiado cansado y se retiraba. Y sin esperar respuestas dio media vuelta y se perdió entre la gente. Yo dejé de bailar y me dispuse a seguirle, pero entonces sentí que la mano que Sergio tenía puesta en mi cintura me retuvo. Debo decir que yo tampoco insistí mucho más... Me quedé y seguí bailando con Sergio, y entonces me besó, y yo le dejé que me besara. Fue un beso largo, húmedo e intenso, mientras sus manos bajaban a mis nalgas y las amasaba con ganas.
    
    -Se ha ido cabreado -le dije a Sergio cuando me dio un respiro.
    
    -Mañana se le pasará -respondió, sin darle ninguna importancia, y me volvió a besar.
    
    Poco después, la música cesaba y nos anunciaban que el pub iba a cerrar. Salimos del local agarrados de la cintura, como si ...
    ... fuésemos una pareja más. Sergio se ofreció a llevarme a casa en su coche. Durante el trayecto seguimos tonteando y yo le puse una mano en su entrepierna y le agarré el paquete mientras conducía. Sergió aparcó en la puerta de mi casa (Tony y yo no vivíamos juntos todavía), y cuando me disponía a bajar del coche me retuvo de nuevo para besarme. Le dejé que probase mi boca tanto tiempo como quiso. Entonces echó el asiento para atrás todo lo que pudo y yo, leyendo sus intenciones, me senté a horcajadas encima de él. Le desabroché el botón de sus vaqueros, bajé su cremallera y saqué su polla con mi mano derecha, mientras él me besaba el cuello y manoseaba mis tetas, primero por encima del vestido, y luego retirando mis tirantes para liberarlas. Comenzé a masturbarle, aunque no era necesario, porque ya estaba muy dura. Me subí el vestido, me aparté el tanga ansiosa por sentirlo dentro y orienté su polla en la dirección adecuada. No puedo describir la oleada de placer que sentí cuando descendí y me llenó. Yo tomaba la píldora, y me fiaba de Sergio, así que comencé a mover mis caderas adelante y atrás, mientras sus manos se aferraban a mis nalgas.
    
    -Múevete, puta -me dijo Sergio, y yo le obedecí, moviéndome con más intensidad aún.
    
    No me enorgullece contar que no pensé en Tony ni un sólo instante mientras follaba a Sergio como una auténtica salvaje. Menos mal que eran las tantas de la madrugada y la calle estaba desierta, porque me habrían visto cabalgar a un hombre en el coche, ...