1. ¡Ya no soy tu puta!


    Fecha: 19/04/2022, Categorías: Dominación / BDSM Autor: subtitulados, Fuente: CuentoRelatos

    Cuando se enteró que me casaría con Lety, su actitud cambio, paso de ser muy amable y hasta zorra conmigo a no hablarme e ignorarme, yo al principio creí que eran celos tontos, ya que, aunque ella estaba con su pareja, seguíamos teniendo sexo, pero cuando le dije que me iba a casar ella cambio conmigo.
    
    Una noche la fui a visitar ya que tenía unas chamarras mías, así que, aunque se negó al principio, me dejo entrar por ellas.
    
    L: Esto no puede seguir así, ¡no te eh hecho nada!
    
    H: ¡Ya déjame en paz, eres un traidor abusador y todo lo que termine en or!
    
    L: ¿Es en serio? ¡Pero tú y yo sabíamos que era solo sexo!
    
    H: Si, pero abusaste de mí, mientras estaba con otras me venias a dar a mí, ¡que asco!
    
    L: Pero no recuerdo que eso te molestara, además tu nunca dejaste a tu amor, ¡jajá estamos a mano!
    
    ¡Ella, se lanzó hacia mi dándome de manotazos, yo solo me cubría la cara, también me lanzaba de patadas, o solo le tapaba sus golpes y los esquivaba!
    
    L: ¿Hillary que te pasa?
    
    H: ¡Te odio, te odio! ¡Y pensar que me metía tu cosa a mi boca!
    
    L: ¡Pero eso te gustaba nena!
    
    H: ¡No me digas nena maldito!
    
    Ella se puso más loca, así que tuve que empezar a tratar de pararla, no quería usar mucha fuerza para lastimarla, solo la abrazaba, ella se movía como lombriz, me mordía la mano, los brazos, me arañaba, ¡me daba patadas tipo caballo!
    
    Poco a poco subió la intensidad de la disputa, insultos y más insultos de ella hacia mi persona retumbaban la casa, fue ...
    ... entonces cuando sentí como sus nalgas se meneaban en mi pene, el masaje que me daba cuando forcejeábamos me comenzó excitar.
    
    Llegamos hasta el cuarto, mientras seguimos forcejeando mis manos ya pasaban por sus piernas, sus tetas y sus nalgas, mi verga comenzó a ponerse dura, sus movimientos me demostraban que me sentía y le gustaba, la arrinconé en la pared y comencé a acariciarla y besarle el cuello.
    
    Con fuerza le bajé la licra que traía puesta, comencé a apretarle sus nalgas con mucha fuerza, se las lamia y mordía fuertemente, ella me jalaba el cabello y me golpeaba la cabeza, yo la tenía durísima, le daba de nalgadas tan fuerte que se le pusieron rojas, ella me arranco la camisa y comenzó a morderme el pecho y el estómago, lo mordía tan fuerte que me lacero mis pezones, la avente a la cama quitándole la blusa y mordiendo sus pezones, ¡me jalaba el cabello y me mordía las orejas!
    
    H: ¡Desgraciado!
    
    L: ¡Puta!
    
    Me saque la verga que ya estaba dura, le jale el cabello y se la metí en la boca, le apretaba fuertemente el cabello mientras le follaba su boca, le daba de cachetadas, me mordía un poco la verga, eso me ponía a mil, también me arañaba las nalgas y las piernas.
    
    ¡La avente y le levante las piernas rompiéndole la tanga, con violencia la penetre, le apretaba las nalgas y el cabello, me mordía el cuello y los hombros, mis movimientos eran bruscos, mi verga entraba muy fuerte, le mordía sus muslos y sus tetas, que placer!
    
    H: ¡Ah! ¡Dios, infeliz que eres!
    
    L: ...
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