1. Sexo al aire libre


    Fecha: 13/04/2022, Categorías: Sexo Interracial Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... pubis perfectamente depilado, solo una pequeña línea de vello le cubría. Me di la vuelta y corrí hacia el estanque dándome una zambullida en el agua que estaba heladísima. Buceé un momento y cuando salí a la superficie con el pelo empapado y la piel de gallina vi que Luis se dirigía corriendo completamente desnudo también hacia el estanque, su oscuro pene se agitaba en todas direcciones, adelante, atrás, de lado a lado chocando con sus increíbles y poderosos muslos. En una fracción de segundo estaba en el agua junto a mí, nadó un poco y luego se acercó a mí –Estás helada – me dijo, pegando su cuerpo al mío. A pesar de la gélida temperatura del agua puede sentir su calor recorrerme entera. Sentí su pene como un martillo colocándose apretado contra una de mis piernas, me moví y me acomodé para ponerlo entre mis piernas, aún no estaba erecto, supuse que por lo helado del estanque, pero me proponía a despertarlo. Le rodeé el cuello con los brazos y le di un beso, hundiendo mi lengua en su boca a lo cual él respondió magníficamente, puso sus manos en mi cintura y comenzó a besar intensamente. Sentí su pene palpitar entre mis piernas así que bajé una de mis manos y comencé a sobarle el miembro con suavidad, despacio, aumentando el ritmo a intervalos para volver a hacerlo con lentitud y sensualidad, aprovechando cada milímetro de aquel grueso pene. Lo sentí crecer entre frotada y frotada, pelándolo bien, sintiendo su enorme cabeza. Cuando estuvo totalmente erecto lo dirigí a mi ...
    ... vagina y comencé a apretarme contra él. Poco a poca su glande fue entrando, me enrosqué a su cintura ayudada por el empuje del agua y por mis brazos en sus hombros y moví la cintura hacia delante tragando su largo pene centímetro a centímetro, hasta tenerlo por completo dentro de mí. Mis blancos pechos, con los pezones erectos tanto por el frío como por la excitación se clavaban en sus pectorales de obsidiana. El movimiento del agua me hacía sentir la polla de Luis de una forma diferente, me llenaba completamente, comencé a mover mis caderas al compás de la corriente que nos bamboleaba, era un movimiento totalmente errático, por lo que cada embestida enviaba oleadas de nuevas sensaciones entre mis piernas, tocando diferentes puntos en cada sablazo. Me solté de sus hombros y me recosté de espaldas en la superficie del agua sin soltar su cintura con mis piernas ni dejar salir su polla de mi vagina. Extendí los brazos a los lados, mi cabello rubio flotaba a ambos lados de mi cabeza como un aura angelical, las manos de Luis se posaron en mi cintura, se inclinó un poco y besó, lamió y mordisqueó mis pezones, las ondas del agua seguían meciéndonos y haciéndome sentir cada parte del pene de mi moreno. Él se enderezó, me aferró con fuerza la cintura y comenzó a penetrarme con más fuerza, más salvaje. Movía sus caderas con intensidad, hacia atrás, sacando casi por completo su falo, cuando el glande estaba a punto de salir el hacía un fuerte movimiento hacia delante penetrándome hasta la ...