Una cliente cambia la vida - Relatos Eróticos

Una cliente cambia la vida

... lograr despegar mis ojos de sus redondos y jugosos labios.

Ella cuidadosamente explico su caso y aunque trataba de disimularlo podía sentirse la tencion entre ambas, ella me miraba de arriba a abajo, no es por nada pero yo tampoco estoy nada mál, mido 1.60, tengo un buen y definido trasero, mis senos son grandes y tienden a salir un poco de mis camisas por más que intento taparlos, mi cabello es negro largo hasta la cintura, mi piel es muy blanca y amo tener mis labios de un rojo carmesí.

A medida que iba pasando la tarde quise descansar un poco del problema y para sentirnos un poco más cómodas ofrecí a servir un trago, acostumbro a tener un poco de whisky en mi oficina para aliviar la tensión.

-Supongo que una Abogada cómo tú debe tener muchos hombres a sus pies. Dice con naturalidad un poco sonrojada.

-No tantos cómo creés, tengo un Novio desde hace años y estoy próxima a casarme, es un buen hombre no puedo quejarme. La miro tranquila y le sonrió con naturalidad.

- Me alegra por ti y por el, se ha ganado el primero gordo, eres asombrosa. Dice y se mira las manos con vergüenza y su cara se tiñe de rojo. Para luego mirarme con algo entre ternura y seducción.

Yo sin saber que decir a eso. Solo la miro y creo que estoy igual de sonrojada que ella, le sonrió para disimular mi asombro.

- y cuéntame más de tu esposo?. Dije con una sonrisa para bajar un poco la tensión y romper el hielo nuevamente. No se me ocurrió nada mejor.

Después de hablar y hablar ...

... sobre nuestras parejas y su divorcio cada una sentada en su silla, en mi escritorio, los tragos ya estaban haciendo algo de efecto estaba bien entrada la noche, empezamos a conocernos un poco más y hablar de asuntos más intimos, cómo las veces que la descubrieron teniendo sexo con su marido, ya que al parecer eran bastante activos y con las historias calientes cada vez nuestros cuerpos iban despertando y acercandose más inconscientemente, me levanté y empecé a cambiar mientras ella hablaba, para ver si podía bajar un poco mi calentura.

-creo que en las vacaciones de Cancún fue lo mejor, fue ardiente y divino, lastima que no todo lo bueno dura para siempre. Se echó a rei.

-disculpame creo que estoy hablando de más, acaso la estoy incómodando licenciada?. Me preguntó un poco alarmada y vi la vergüenza en su mirada.

-no para nada, al contrario me parecen muy interesante tus anécdotas, es solo que esa silla es un poco incómoda a veces. Digo tranquilamente tocando mi espalda en señal de dolor.

-podriamos sentarnos acá, no? Se ve más cómodo. Señalando al mullido sofá de cuero negro en la otra parte de mi oficina, es mi sitio de descanso a veces y para juguetear con mi Prometido, también tiene una mesita de centro y es bueno para reuniones con niños y casos de familias. Si ella supiera todo lo que mi cuerpo se imagina haciéndole en ese sofá, por eso no había querido mencionarlo.

- Claro ven, es muy cómodo. Agarro mi trago y ella se pone de pie con suyo, caminamos hasta el ...