1. Las hermanas de Camilo (Capítulo 10): La joya de la corona


    Fecha: 16/03/2022, Categorías: Grandes Relatos, Autor: felodel2005, Fuente: CuentoRelatos

    ... la fortuna de no verme perdido en una borrachera. Y digo fortuna porque al final saqué provecho de esta situación.
    
    Debo advertir que desde un comienzo fui calculador, y no se trató solo de resistencia al alcohol, sino de encontrar los momentos justos para hacer como que tomaba a la par de los demás, pero sin hacerlo realmente. Mi idea era mantenerme más sobrio que ellos, pues de sucumbir a los efectos del alcohol, mis planes no iban a fructificar.
    
    Mi plan era en cierta medida descabellado. Se me había ocurrido con tan solo sentarme a compartir con la familia de mi novia. Quería follarme a Diana. Esa noche lucía un vestido negro, muy cortito y extremadamente ajustado al cuerpo. La escasa tela de su vestido me permitió contemplar sus piernas en todo su esplendor. Eran gruesas, macizas, bien torneadas; su piel lucía tersa, limpia, delicada y muy blanca. A la vez, el ceñido vestido permitía contemplar su exquisita y esbelta figura, el ancho de sus caderas, su definida y muy curvada cintura, sus prominentes pechos, que además estaban cubiertos exclusivamente por la tela del vestido.
    
    Y digo que era descabellado pensar en follarla porque no sabía cómo iba a hacerlo, entendiendo que estaba en medio de toda su familia, que a la vez era la de mi novia; contemplando que yo no era del agrado de Diana, y además del enorme riesgo de lograrlo pero ser sorprendido.
    
    De todas formas fue algo que me propuse y que me obsesionó, no contemplaba dejar pasar la oportunidad de poseerla ...
    ... luego de esas horas viéndola en ese vestido que exaltaba su sensualidad. A esto debo sumarle que durante el tiempo que estuvimos allí, sentados alrededor del fuego, fueron varias las ocasiones en las que ella se cruzó de piernas, permitiéndome fantasear una y otra vez con el tesoro que guardaba entre estas.
    
    Como dije antes, Katherine fue la primera en irse a dormir. Luego se fueron sus padres. El siguiente fue Camilo, que había bebido en grandes proporciones y los efectos eran notorios. Yo lo llevé a su cuarto, lo acosté y regresé al sitio de la fogata.
    
    Luego fueron Alexandra y su novio los que hicieron el anuncio de que se irían a dormir, con esto llegaba el fin de la velada, pues ni Diana ni yo nos veíamos allí bebiendo los dos.
    
    Sin embargo, cuando Diana se fue a poner en pie para partir rumbo a su habitación, el alcohol hizo su efecto y ella terminó cayendo estrepitosamente. Alexandra me pidió el favor de que la llevara a su cuarto, pues ella estaba muy ebria y necesitaba ayuda.
    
    Yo vi mi oportunidad servida en bandeja de plata y accedí gustosamente a acompañar a la muy alicorada señorita a sus aposentos.
    
    Posé uno de sus brazos por sobre mis hombros, en la habitual posición de cargar borrachos, mientras que yo la rodeaba con uno de mis brazos por su cintura. El solo sentir sus carnes, dimensionar su cintura y sentir su abdomen, me causó una inevitable erección. De todas formas no había problema, pues no había nadie más allí y ella estaba muy ebria como para ...
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