1. Amor secreto con mi jefa (Parte 2)


    Fecha: 15/03/2022, Categorías: Confesiones Autor: Gabriel500, Fuente: CuentoRelatos

    Segundo encuentro con Mariela, después de nuestra primera experiencia sexual, me invitó a su casa, a las 8:00 de la noche.
    
    —Te invito a tomar un café —me dijo.
    
    Llegué a la cita diez minutos antes, para no hacerla esperar, según ella solo hablaríamos, pero mi mente se nubló de emoción con la sola idea de la posibilidad de pasar con ella toda la noche y madrugada por delante para estar juntos y cogernos. Nos acomodamos en la sala, platicamos de toda nuestra vida sentimental previa a conocernos, fue una charla muy fluida y se le notaba la tensión sexual porque se mordía el labio inferior como coqueteo sexual, lo que daba señales claras de querer un encuentro íntimo mejor que el primero. Poco a poco los temas se hicieron más personales y la atención del uno al otro crecía con miradas enamoradas, al grado tal de interrumpir la plática de pronto para fundirnos en un apasionado beso.
    
    Abrazándola fuerte, la tomé de la cintura por detrás y subí mis manos para acariciarle sus pechos como sosteniendo lo más delicado del mundo, sentí en mis dedos y sobre su blusa sus pezones ya duritos, me atreví a bajar mis manos por la silueta de su cuerpo y llevarlas a su entrepierna, no se resistió, y para que sintiera lo excitado que estaba, froté mi verga ya erecta en sus enormes y redondas nalguitas. Cuando ya respiraba en forma cortada y acelerada, signo inequívoco de su excitación femenina, decidí pasarle la mano por debajo de su pantalón tocando su pantaletas de algodón, sentí el ...
    ... pequeño montículo de sus vellos púbicos, pasé mis dedos entre sus vellos, me atreví más y bajé más mi mano a través de su cuerpo hasta que llegué a su entrepierna, le arranqué un hondo suspiro. Ya estaba encendida, lo noté por lo húmedo de su sexo, mis dedos se impregnaron de sus jugos femeninos, que seguí acariciando hasta que ella caliente también comenzó a buscar mi verga parada, la cual acarició por encima de mi pantalón. Decidió sacármelo de su prisión, me desabrochó el pantalón y lo tomó con su manita blanca y juntos de pie, ella acariciándome mi erección al aire y yo acariciándole tiernamente con mis dedos su sexo, estaba tan ansiosa de coger que me dijo:
    
    —¿Quieres que hagamos el amor? —susurró en mi oído.
    
    ¡¡¡Pero que pregunta es esa!!! pensé, si ese era mi objetivo primitivo, obviamente le dije que sí, le pedí que me esperara en su habitación mientras yo me preparaba para poder hacerle los honores de cogerme a esta hermosa hembra excitada y dispuesta a entregarme su cuerpecito desnudo para que le hiciera lo que mi mente sucia se le ocurriera.
    
    Sentados en la cama y semidesnudos nos acariciábamos mutuamente nuestros sexos mientras nos veíamos con amor. Ella, jalándome lenta y cariñosamente mi verga erecta y caliente, yo acariciándole su entrepierna por encima de sus pantaletas.
    
    La recosté, le di un beso en la boca, solo para probar sus labios semi abiertos que ya jalaban aire por su excitación, bajé hasta su cadera, besando sus curvas y comencé oliendo su hermosa ...
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