1. La otra cara de mi mejor amiga


    Fecha: 18/02/2022, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: BananaVerde, Fuente: CuentoRelatos

    Después de haber tenido mi primera vez y, prácticamente, haberle sido infiel a mi novia, la situación empeoró. Ese fin de semana tuvimos una cita, pero no resultó favorable. Solo fue un paseo triste, sin ganas de hablarnos el uno al otro, como si el karma nos estuviera pagando nuestro merecido. Poco después de las 7 de la noche ella se despidió y me dejó solo, pensando seriamente en terminar con ella si lo nuestro no mejoraba en un futuro y, ¿por qué no? Darle una oportunidad a Atziry.
    
    Iba de regreso a casa cuando, de repente, me llamó un amigo para invitarme a comer pizzas con otros amigos, incluyendo mi mejor amiga Sahara (no es broma, así se llama). Yo acepté y llegué al punto de reunión con todos ellos, aunque un poco tarde y me había perdido de mucho. Por primera vez vi a mi mejor amiga comenzando a mostrarse ebria, ella no tomaba, pero por las influencias de los demás lo hizo.
    
    Dieron las 11 de la noche y el buen amigo que me invitó se ofreció a darnos un aventón a nuestras casas en su camioneta, el problema era que había que organizarnos para cargar a alguien en el camino, porque éramos 8, 6 hombres y dos mujeres. En ese momento, se crea el pensamiento de que a una mujer no se le lleva en las piernas porque es indecente y que es mejor que entre ellas se carguen, pero Sahara tomó la palabra primero y se dirigió hacia mí.
    
    —Me voy sentada en tus piernas, ¿va?
    
    Yo respondí que sí y no le veía nada de malo si era mi mejor amiga, pero sucedieron cosas ...
    ... imprevistas.
    
    Durante el camino, Sahara se movía inquietamente sobre mis muslos y, por más que quise evitarlo, se me paró el pene y me dio pena de saber que ella lo estaba sintiendo, sobre todo porque traía una falda corta de mezclilla. Sin embargo, ella se hizo hacia atrás y me susurró al oído.
    
    —La tienes bien dura.
    
    Se enderezó riéndose, pero sin dejar de moverse, aunque esta vez con toda la intención de provocarme cosas. Llegué a un punto en que me sentí muy acalorado y deseaba llegar a mi destino.
    
    Justamente, la primera parada fue la casa de mi mejor amiga y me bajé con ella para entregársela a su mamá y luego yo ir a mi casa, que quedaba relativamente cerca. Habiéndose ido mis amigos, ella se me plantó de frente y me puso un dedo en los labios a manera de callarme y con su otra mano agarró la tela de mi pantalón en mi entrepierna.
    
    —¿Cuánto te mide?
    
    —¿Para qué quieres saberlo? —pregunté apenado.
    
    —Solo dime cuántos centímetros.
    
    —19.
    
    —Con razón sentí que me sumió la tanga hasta adentro.
    
    —Es hora de que entres a casa y descanses.
    
    —Mejor llévame a un hotel. De aquí a dos cuadras hay uno que cobra muy barato.
    
    —¿Cómo sabes? ¿Ya tuviste tu primera vez y no me contaste? —la interrogué alteradamente.
    
    —Sí, con mi novio —respondió riéndose cínicamente, porque no sabía que tenía novio.
    
    —¿Y para qué quieres ir conmigo a un hotel si tienes novio?
    
    —A mi novio le mide 11 —dijo poniendo una cara triste.
    
    Por un momento pensé seriamente en aceptar su ...
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