1. Cena de trabajo


    Fecha: 20/01/2022, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... a falta de mejores opciones acabamos en un local de salsa, donde volvimos a pedir otra ronda, y las chicas empezaron a bailar entre ellas, para deleite de todo el local y el mío, ya que en tono de broma lo hacían como si fueran chico y chica, no dos chicas, dando un toque lésbico al asunto.
    
    Como era de esperar, no tardaron en venir a (intentar) sacarme a bailar. ¿Bailar yo?, ¡yo que sé de bailar!... pero como suele pasar, ellas ganan, así que acabé en la pista haciendo el mamarracho con ellas (os aseguro que la palabra “baile” dista mucho de lo que yo hacía…), y evidentemente calentándome cada vez más, ya que me bailaban en plan sexy, reaggetoneando, frotándose contra mí… y yo aprovechando para acariciar sus cinturas, sus piernas… nunca sobrepasándome ni llegando a zonas prohibidas, pero aprovechando la situación como cualquier tío haría.
    
    Sobretodo con Isa. En un determinado momento se puso a bailar conmigo, pegándose muchísimo a mi cuerpo, haciéndome meter mi pierna entre las suyas y viceversa, estando nuestras caras muy juntas, y posteriormente colocándose de espaldas a mí, pegando totalmente su culo a mi paquete y moviéndolo. Con mi mano en su ombligo, acariciando su vientre, y como quien no quiere la cosa, dejando que mi aliento reposara en su cuello. Y ella… bueno, yo creo que era imposible que no notara mi más que evidente erección pegada a su culo. Pero no le importaba. Y si le imporatab desde luego no hacía nada por separarse.
    
    El primer gran aviso con Isa ...
    ... fue cuando me pidió que le acompañara al lavabo. “¿Cómo?”, pensé yo… como me dijo, la puerta no cerraba bien y quería que alguien vigilara. Lo normal hubiera sido que se lo dijera a alguna de las otras chicas, pero me lo pidió a mí. Y no iba a decirle que no (dicho sea de paso, ya podéis imaginar todo lo que pasaba por mi cabeza en ese momento…), así que le acompañé al lavabo y mientras ella entró al retrete yo me quedé en la puerta, de espaldas, como un caballero… hasta que no resistí más y me giré hacia ésta. La puerta estaba entreabierta, y a través de los 5 centímetros de apertura que debía quedar podía ver perfectamente a Isa sentada en la taza del vater, con su ropa interior bajada, meando… y mirándome con una sonrisa. Manteniendo la mirada conmigo todo el tiempo que meó.
    
    Sí, lo normal es que la historia siguiera diciendo que entré en el lavabo, pero no lo hice. ¿Qué era una señal clara de que quería liarse conmigo?, seguro. Pero no lo hice. Sólo dejé que terminara de mear, que se limpiara con el papel de váter sin dejar de mirarme, y cuando al fin se levantó para subirse los pantalones y ví un destello de su pubis, con una fina línea de vello, me volvi a girar como si no hubiera pasado nada.
    
    Volvimos a la pista e Isa volvió a bailar con las otras chicas, como si no hubiera pasado nada, y yo con ellas, aunque ahora cada vez que venía conmigo no negaré que aprovechaba para rozar más y más. Dios, qué calentón llevaba yo encima.
    
    Finalmente salimos del local, y ahí ...
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