1. Acudiendo a la cita con el quiosquero


    Fecha: 31/05/2018, Categorías: Gays Autor: danisampedro91, Fuente: CuentoRelatos

    ... se que lo único que necesitas y deseas es esto, decía llevando mi mano a su entrepierna.
    
    Mira como me tienes, decía llevando su boca a mi oreja y cuello. Estoy deseando abrirte el culo y metértela hasta los mismísimos cojones. Quiero oírte chillar mientras te doy por el culo, y hacer que te corras de gusto mientras te follo.
    
    Mientras yo le palpaba la entrepierna al quiosquero, este lamía mi oreja y me mordisqueaba el cuello, en esos momentos, escuché como cerraba la puerta del quiosco y le pasaba el cerrojo.
    
    Ven mi perrita, me decía abrazándome a la vez que me giraba, haciendo que le diera la espalda. Déjame que te toque este culito, déjame sobártelo un poquito.
    
    ¡Ufff! Que bueno estás maricón, me decía el quiosquero abrazándome por la espalda, a la vez que restregaba su paquete por mi culo. Como me gustas maricón, ay que ganas tengo de abrirte este culito con mi chota y dejarte preñado.
    
    Joder, el muy cabrón del quiosquero no paraba de meterme mano y restregarse el paquete por mi culo. Ya me había puesto a tope, y aquellos mordiscos que me daba por el cuello y la nuca, me estaban derritiendo de gusto. Me hacían temblar y que echase el culo más atrás, notando aun más como restregaba su paquete por mi culo.
    
    Mi perrita tiene ganas de que lo monte, ¿eh? Me decía al verme jadear y temblar mientras me mordía el cuello y seguía restregándome el paquete por el culo.
    
    Tienes ganas de que te encule, ¿eh perrita? Me susurraba empezando a soltarme el cinturón. Una ...
    ... vez lo hubo aflojado, siguió desabrochándome el pantalón, cuando este empezó a caer por mis piernas, tiró de mi camiseta y cazadora subiendo ambas prendas hasta mis hombros. Echó mano a mi slip, tirando de él hasta debajo de las rodillas.
    
    ¡Ohhh maricón que bueno estás! ¡ohhh como me gustas! ¡ooohhh que culito!
    
    En menos de 3 segundos, ya se había bajado el pantalón y calzoncillo. Su polla se erguía mirando al techo del quiosco, estaba tiesa y dura como una roca.
    
    Yo había echado la mano hacia atrás, encontrándome con aquella verga, miré como pude de reojo, viendo que el cabrón del quiosquero estaba salido y empalmado como una mona. Dios, al verle la verga, vi que estaba hinchada y enrojecida. La boca se me hizo agua al verle la polla al quiosquero, aquella polla me encantaba, estaba dura y caliente, parecía un plátano con aquella semicurva que le hacía la polla. Y el glande enrojecido, asomándose por la piel del prepucio, me hacía desear tenerlo en la boca. Dios como deseaba aquella polla, quería chuparla, quería sentirla dentro mía, deseaba que el quiosquero me montara, me abriera el culo con aquella verga haciéndome su perrita.
    
    Se pegó a mi culo, empezando a restregar su falo por la raja de mi culito.
    
    Ay maricón, ya no puedo aguantarme más, quiero follarte ya, quiero hacerte mío. Quiero darte por el culo y hacerte mi perrita, me gritaba quitándome la camiseta y cazadora subiéndola por arriba de mi cabeza.
    
    Llevó su mano a mi culo buscando la entrada de mi ano, ...
«1234...»