1. El sobrino de mi esposo (Parte 3)


    Fecha: 12/01/2022, Categorías: Incesto Autor: Sophia, Fuente: CuentoRelatos

    ... rato, me desperté con ardor en mis pezones, producto del sol que había tomado. Así que lo llamé a Gino, si deseaba pasarme el líquido que nos dio esa mujer. Como un relámpago estaba a mi lado para hacerlo, así que volcó un poco sobre mis pechos, friccionando suavemente con sus dedos.
    
    “Por favor se suave, me arden”
    
    Así que empezó a lamer mis pezones, con una delicadeza, que no solo calmaban el ardor, sino que comenzaba a alterarme, ese “inocente” bálsamo, fue aumentando mi libido, cada vez que me llevaba a alguna situación de ese tipo, apenas sentía su contacto, mi cuerpo se convulsionaba, era algo incontenible, sus besos, sus chupadas, la introducción de sus dedos, todo me alteraba dejándole dar rienda suelta a ese acometimiento sexual, admitiendo que era Amo y Señor de mi cuerpo, al que lo entregaba sin ningún tipo de reservas, y hasta en lugares nada íntimos.
    
    Esa lamida, y el bálsamo que me aplicaba, rápidamente fueron adquiriendo otra derivación, cuando comenzó a desatar mi tanga, le digo:
    
    “Por favor Gino, espera, no estoy como siempre, no sé qué me sucede”
    
    Se contuvo en su objetivo, solo me dijo:
    
    “Gírate, y apoya tus ricas tetas, sobre la arena húmeda”
    
    Acate su idea, sintiendo que se refrescaban, mejor que el bálsamo y las lamidas de mi amante, me coloco un toallón, para apoyar la cabeza, y se fue a dar un chapuzón al mar. No sé qué tiempo habrá transcurrido, me adormecí un poco, sintiendo que mis pechos parecían aplacar ese ardor.
    
    Cuando me ...
    ... despabile al sentir una mano fría y húmeda, acariciando mi espalda, recorriendo desde los hombros hasta la cintura, varias veces, me fui relajando, ante esos deliciosos mimos, hasta que comenzó a desatar el nudo de mi tanga, quitándola, aflorando mi culo.
    
    Cuando después de recorrer bastante mis glúteos, comenzó a oprimirlos separándolos, para descubrir mi intimo orificio, introduciendo sus dedos, a pesar de mis gemidos de molestia, que me dolía los aceptaba, era mi pareja por ese día, entregándome sin excusas previas, es difícil de explicar, no sé si su juventud, ese dominio que me había estado infundiendo, pero cada vez más, me prodigaba a sus locas pretensiones.
    
    Sutilmente me fue arrodillando con mi rostro contra la arena, mientras sus dedos se iban incrustando en mi recto, esperaba cualquier cosa, mientras el índice y el del medio, entraban y salían de mi conducto, mis gemidos se hacían evidentes ante ese movimiento patético.
    
    Hasta sentirme aliviada al ser retirarlos del cauce, para recorrer con su verga la raya que forman mis glúteos, como demostrando su atribución, hasta que después de varios movimientos se detuvo, para tantear alrededor de mi ano, me relaje dispuesta a satisfacer su intención. Su glande comenzó a introducirse unos centímetros, invadiéndome un fuerte dolor, pero a pesar de ese malestar permanecí inmutable a la espera de su penetración, a pesar de conocer el tamaño de su aparato, y habiéndolo practicado pocas veces con algo de menor calibre, me prepare ...
«1...345...8»