1. Dando sexo oral en un cine porno


    Fecha: 04/01/2022, Categorías: Gays Autor: AlbertoS, Fuente: CuentoRelatos

    ... tantos hombres dando y recibiendo sexo oral me había excitado mucho, y quería unirme a la acción cuanto antes. Le llegue a proponer a mi compañero si quería que fuéramos a un hotel, pero no acepto alegando que no tenía dinero, ni siquiera pagando solo la mitad. Aun así, no quería perder mi ligue de la noche, así que seguimos platicando, mientras abiertamente le acariciaba su erecto pene por encima del pantalón.
    
    Así que cuando él se bajó el cierre del pantalón, supe que era la hora de la verdad. Ver su pene liberado me causo mucho gusto. Su cabeza, con un poco de líquido, brillaba a la luz de la película en la pantalla, y aunque la ropa interior y el pantalón escondía su verdadero largo, se veía gruesa y firme. Como deseaba poderla sentir dentro de mí, con gusto me hubiera desvestido para darme mis sentones, pero lo primero era lo primero, así que despacio me fui agachando y me acerque a su pene duro y puse mis labios a trabajar.
    
    Recuerdo haber lamido su cabeza, besarle la punta, como si mis labios quisieran darse un beso con los labios de la punta de su cabeza, lamer desde la base hasta la punta y luego besar el cuerpo por los lados, antes de meterla toda dentro de mi boca y comenzar a succionar. Recuerdo su gemido, parece que lo disfrutaba tanto como yo, o tal vez un poco más, aunque por mi parte, disfrutaba mucho estar así, dándole place a un verdadero hombre con una verga deliciosa.
    
    Fue entonces que sucedió que entendí quiénes eran los hombres que había visto al ...
    ... principio, los de la última fila. Resulta que eran los de seguridad dentro de la sala, pues se supone que las cosas que hacíamos, no debían de estar pasando. Lo supe porque uno de ellos camino hasta atrás de mi, y con la lámpara de su mano me ilumino y dijo en voz alta “oye, no puedes hacer eso aquí”. Yo, me sentí molesto por la interrupción, pero no dije algo para que no llamara al resto de sus compañeros de seguridad, y me senté sobre la butaca. Mi compañero no dijo algo tampoco, solo se quedó sentado viendo la película.
    
    El guardia apagó su linterna y se alejó por el pasillo, supongo que pensando que había cumplido su misión. Yo todavía sentía el coraje por haber sido interrumpido, y realmente me gustaba la verga de mi compañero, así que antes de dejar que se enfriara el ambiente, me agache nuevamente y volví a dar la mejor mamada que pudiera. Con aquel pedazo de carne en mi boca, y los gemidos contenidos de mi ligue, me sentía muy caliente, y solo esperaba el momento en que terminara arrojando su semen en mi boca. De hecho, me hubiera gustado ver su cara mientras terminaba, por lo que abrí mis ojos y busque sus ojos para añadirle ese toque de complicidad al dar y recibir.
    
    Y ciertamente me encontré con una mirada lasciva, pero no la de mi compañero, sino la de media docena de hombres que me veían darle sexo oral a un completo desconocido. No debía de ser sorpresa, debí de haberme imaginado que con la lámpara, el guardia llamaría mucho la atención sobre nosotros, y con ...