1. Me vendí por placer y por negocio


    Fecha: 03/01/2022, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... exclamó
    
    - ¡Ay cabrón! Con razón querías coger con él, si parece burro el desgraciado.
    
    - Me había quedado con las ganas
    
    Dijo Ana riendo y él continuó viendo a Jorge acostado boca arriba disfrutando de la boca de Ana “jugando” con su pene, ella le lamió los testículos, el pubis y subió a besos hasta el pecho para morderle suavemente las tetillas. La piel trigueña de Jorge contrastaba con la blanca piel de Ana quien se montó sobre de él, le sujetó el miembro con su mano para ponerlo junto a sus labios vaginales y fue doblando sus rodillas para “devorarlo” poco a poco hasta terminar sentada sobre el pubis de su amante, para después cabalgarle frenéticamente el miembro, sus pechos subían y bajaban rítmicamente siguiendo el movimiento del “doblar y estirar” de sus rodillas, la vio levantar la cara hacia el plafón, sentarse de golpe sobre el pubis de Jorge, inclinar su cuerpo hacia adelante y apoyar sus manos sobre el pecho de él. Pedro se acercó a la pantalla para ver más de cerca como las tetas y los cabellos de su mujer colgaban hacia el vientre de Jorge y a pesar de que el cabello le impidió verle la cara, observó cómo su espalda se levantaba y su vientre se hundía rítmicamente en lo que seguramente era el mayor orgasmo que le había visto tener. La imaginó gimiendo y jadeando mientras cabalgaba ese pene y en cómo se habría quedado en silencio disfrutando del placer que le producían esas espectaculares contracciones que le hacían “brincar” una y otra vez
    
    Después ...
    ... acostada sobre Jorge levantaba y bajaba las caderas para provocar la entrada y salida de ese monumental pene “¡Como te mueves mamita!” le dijo y ella respondió “Como puta y tú me enseñaste a hacerlo”. Pedro permanecía serio sin poder creer que estuviera disfrutando ver a su mujer en el papel de artista porno. Los vio cambiar varias veces de postura hasta que ella tuvo otro orgasmo que la hizo levantar la mano para “pedir tregua” y terminar acostada boca arriba en la cama, Jorge se acostó junto a su cadera y la hizo doblar la cintura hacia un lado para tomarle la mano y ponerla en su miembro y ella lo comenzó a masturbar. Poco después Ana miró a su amante y afirmó con la cabeza le subió una pierna en la cadera y él con su mano acercó su pene frente a la vagina para volverla a penetrar. Pocas veces se movió, vio a su esposa mover sus labios y su amante se la empujó hasta el fondo, le abrazó la pierna que ella tenía levantada y ella movió de nuevo sus labios, se sonrió y cerró sus ojos. Pedro volteó a ver a su mujer pensando “Termíname ahí” Ana lo miró y él en tono de resignación dijo
    
    - ¿Quién aceptaría venirse fuera de ti?
    
    - Tú
    
    - Solo cuando estás menstruando y termino en tu boca o en tu pancita, pero fuera de ahí siempre te los echo adentro
    
    Ana se rio mientras Pedro veía en la pantalla como ella se giraba para quedar acostada de lado y Jorge de rodillas aún con el pene erecto, le acarició las piernas, las nalgas, los pechos y el vientre, como últimas caricias al cuerpo ...