1. Me vendí por placer y por negocio


    Fecha: 03/01/2022, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... para él solo eran negocios, ante lo cual no había nada que reclamar, nadie a quien culpar y mucho menos forma de revertir el hecho… Ella se le abrazó por el cuello y él la besó saboreando en su lengua el mismo sabor que tantas veces había sentido al saborear la lengua de Ana después de que ella le disfrutara el pene con su boca. Tal y como se lo había pedido, ella no se había bañado y como toda mujer apasionada era normal que “mamara verga” al coger. Al separar sus bocas, la miró a los ojos y convencido de todo lo que le faltaba por saborear en su mujer decidió comenzar el “juego” de la pasión diciendo
    
    - ¡¿Qué hiciste niña?!
    
    Con lo de “niña” Ana entendió el juego, dio un paso hacia atrás, cruzo sus pies, balanceó su cadera al tiempo que posaba uno de sus dedos índices sobre sus labios y fingiendo admiración preguntó
    
    - ¿Yo?, nada papito
    
    - Entonces ¿Por qué te sabe la boca a verga?
    
    - ¿A mí? … No sé por qué si yo he estado cocinando y limpiando
    
    - Y de seguro cocinaste verga al horno ¿no?
    
    - Tú sabes que soy una niña buena, no puedo creer que te imagines que yo….
    
    - ¡Estás muy buena! que es diferente a ser buena…Así que cállate y acércate
    
    Al hacerlo él le desabotonó la camisa para descubrirle el vientre y los pechos, le observó un chupetón arriba de la aureola de uno de sus pechos lo que denotaban la pasión con la que Jorge se la había cogido y siguiendo con el juego fingió enojo, señalándole el pecho preguntó
    
    - ¡¿Qué demonios es eso?!
    
    - No sé, me ...
    ... ha de haber picado algún mosco
    
    - Ya me imagino que clase de mosco te picó y por donde te picó
    
    Se agachó para lamerla en el vientre, metió su lengua en el ombligo, le mamó las tetas, pasó su lengua en medio de ellas y su lengua se impregnó del sabor “salado” que tantas veces había saboreado en la piel de Ana terminando de coger, el sabor del sudor de su pasión. La hizo darse media vuelta, le quitó la camisa dejándola tan solo en bragas y la obligó a doblar su cintura para acostarla con la pelvis sobre el brazo del sofá y el torso sobre el asiento, le miró las bragas y preguntó
    
    - ¿Por qué tienes mojados los calzones?
    
    - Porque me caliento cuando me lames como lo acabas de hacer
    
    Respondió ella con su cabeza sobre el asiento del sofá mientras que sus nalgas quedaban levantadas y sus piernas “colgaban” con los pies en el piso, Pedro le acarició y besó la espalda y las nalgas, se arrodilló a besarle los pies y subió besándola en la parte trasera de sus piernas y muslos, le hizo a un lado las bragas para descubrir su sexo, lo besó y comenzó a lamerle el clítoris metiendo la punta de su lengua en la vagina oyéndola gemir de placer. Cuando él la sintió muy cerca de “terminar” se detuvo y sin tomar en cuenta los acelerados jadeos de su mujer que denotaban su deseo de ser llevada al orgasmo, se puso de pie y le dijo
    
    - Chupete en la chichi, la piel sudorosa, la boca te sabe a verga y la panocha a semen ¡Eres una puta!
    
    - No me digas así papito, yo no he hecho nada, ya ...
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