1. Viernes, 7 de junio de 2019: Persiguiendo al Chub perfecto


    Fecha: 29/12/2021, Categorías: Gays Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos

    ... allí tumbado, sintiéndome muy contento y escuchando su suave respiración. No estaba seguro de si escaparme o quedarme. Después de todo, aún no había conseguido lo que realmente quería, que era su trasero.
    
    A la media hora se despertó y me sugirió que deberíamos bañarnos. Fue increíblemente gentil mientras me enjabonaba y luego me secaba. Me dijo que quería prepararme una comida y accedí de inmediato. Unas horas más tarde, después de una buena comida y una buena botella de vino tinto, estábamos listos para la segunda ronda.
    
    Nos besamos y abrazamos en el sofá un rato hasta que mi dolorida polla exigió algo de acción. Le pregunté si podíamos ir al dormitorio y me llevó cariñosamente de la mano. Viéndolo desnudarse me golpeó la lujuria una vez más. No sé cómo describir lo hermoso que era Milton. Le dije que quería darle un masaje y se acostó en la cama y pasé una media hora muy agradable dejando que mis manos se pasaran lentamente por toda su cálida carne. Entonces la belleza de su trasero me afectó. Le di un masaje a esas gordas y descaradas nalgas y suspiró suavemente. Las separé para revelar su cálido agujero marrón. Se parecía a una trufa bastante grande por las abundantes arrugas de su fruncido. Presioné mi nariz contra su ojete e inhalé profundamente; la embriagadora mezcla de jabón perfumado y su propio almizcle poco convencional de hombre llenaron mis fosas nasales e hicieron despertar mi lujuria a tope. Estaba deseando cada centímetro de ese enorme cuerpo de ...
    ... Milton.
    
    Mi lengua lamía las arrugas de su culo antes de sumergirse. Milton separó aún más sus musculosos muslos para permitirme un mejor acceso y realmente estaba en lo que deseaba. Era como si me olvidara de todo lo demás en el mundo, incluso de mi propio nombre; todo lo que importaba era comerme ese culo sexy. Me lamí el pulgar y lo metí en su caliente agujero. Su culo me apretó el pulgar y me rogó que me lo follara. Le pregunté dónde estaba el lubricante, me indicó dónde encontrarlo. Con los dedos temblorosos lo engrasé y le apliqué una porción abundante con mi propia polla gruesa. El gel me impresionó y me puso a cien.
    
    La cabeza de mi verga se calentó de inmediato cuando la presioné contra su arruga y sus esfínteres se rindieron alrededor de mi verga; entonces enterré mi palo profundamente dentro de su grueso cuerpo. Me moví lentamente, saboreando la deliciosa sensación a lo largo de todo mi cuerpo y sobre la sensible cabeza de mi verga.
    
    — Este culo…, este culo…, está más allá de la perfección, —exclamé.
    
    Deseaba yo que nuestro polvo durara siempre, una eternidad, pero ¿cómo podía contenerme contra el calor sedoso de su interior, y la sensación de su poderoso esfínter que me sujetaba abrazando mi polla junto con el poder de todo lo que pasaba dentro de mi cabeza? Estaba tan excitado que me costaba respirar y mucho menos aguantar. Cada embestida fue mejor que la anterior, llevándome cada vez más cerca del final.
    
    Cuando mi gordo y fornido Milton, al que le gustaba ...
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