1. La felicidad de un cuckold


    Fecha: 08/12/2021, Categorías: Intercambios Autor: Lobo-y-Luna, Fuente: CuentoRelatos

    ... hizo.
    
    Era un espectáculo, tenía el coño rojo y súper abierto y aunque se lo había lavado, aun salía algo de su lefa.
    
    Él tenía la polla blanda, pero bien morcillona y muy roja, y ella de vez en cuando, se reía, se la cogía y se golpeaba en el coño son su capullo.
    
    Cuando no tenía la copa en la mano, agarraba sus tetas desde atrás y le pellizcaba los pezones, cosa que ella le respondía con miradas de zorrón.
    
    Pasada una hora de jueguecitos, la polla de él empezó a ponerse un poco dura y a ella le dio para incorporarse y metérsela un poco en esa posición, dejándole a la vista su impresionante culo.
    
    Creo que eso lo volvió loco, porque además de agarrárselo fuerte y darle varios azotes, empecé a ver como la cara de ella cambiaba y se acariciaba el clítoris, y la base de la polla empezaba a verse dura.
    
    Digo la base de la polla, porque el resto ya se había encargado ella de ir metiéndoselo, empujando con la cadera hacia sus huevos.
    
    Ella no había dejado de estar cachonda y, entre eso, y lo que le quedaba de lefa, se movía y le entraba hasta el fondo.
    
    Como a ella le gusta, despacio al subir y fuerte al bajar.
    
    Cada vez que subía le dejaba el culo a la vista y pode ver como Kiyo se escupía en la mano y le llevaba las babas al culo.
    
    Pensé que se iba a revolver, porque a mi pocas veces me deja tocarle el culo, pero era tal el nivel d excitación que tenía que ni rechistó y él, sin empezó a masajearle el ano.
    
    La escuchaba gemir, y mi polla ya estaba otra vez ...
    ... a tope.
    
    Dio un salto cuando él le metió un dedo.
    
    Se giró y dijo:
    
    -Puedes jugar fuera, pero no dentro, vale?
    
    Él, sin rechistar le saco el dedo y empezó a moverlo en círculos.
    
    Ella abrió la boca y juntó las rodillas. Se volvió a correr.
    
    Estuvieron así momo media hora, yo veía su coño y lo tenía cada vez más hinchado y no dejaba de gemir y rozarse el clítoris y pellizcarse los pezones, de ven en cuando se escupía en la mano y cuando la tenía entera dentro se bajaba con la mano mojada hasta los huevos de él.
    
    Me miraba fijamente a los ojos, con cara de gusto y de perra y me decía que sí con la cabeza.
    
    Él de vez en cuando le metía las manos debajo de las nalgas para que no bajara y le follaba fuerte desde abajo. Cada vez que hacía eso, a ella se le volvían los ojos.
    
    Cuando se cansaba la dejaba caer, y ella con la inercia se la clavaba hasta el fondo.
    
    Después la tiró de lado y él se puso detrás de ella, subiéndola la pierna que quedaba para arriba. Yo había intentado esa postura en más de una ocasión pero mi polla no me daba recorrido suficiente, sin embargo Kiyo le metió la punta, y de ahí entró sola.
    
    Luna cogió sus manos y se las llevó a sus tetas, se giró y le dio un morreo enorme.
    
    Yo no pude aguantar más y me acerqué a ellos.
    
    Ella al verme cerca pajeándome, abrió la boca, esperando mi verga en su boca.
    
    La dejé hacer, me la mamaba con una soltura que no lo había hecho. El hecho de tener un pollón así en su boca, había hecho que la mía le ...