1. La revancha (03): Todo listo


    Fecha: 28/10/2021, Categorías: Dominación / BDSM Autor: kimbocat, Fuente: CuentoRelatos

    ... vez más rápido, más intenso del colchón en el que estamos, noto como me vacío dentro de ella, ella se aprieta aún más contra mi cuerpo, mientras no deja de besarme, de lamer mi cara, de gozar como mujer y como hembra de cada nueva embestida, cada nuevo chorro mojándola por dentro, yo no la suelto hasta que vacío todo mi deseo dentro de ella. Luego nos relajamos, abrazados hablamos de mil cosas, recuerdos y antiguas aventuras, reímos, jugamos, nos besamos, volvemos a hacer el amor, mientras la luna va recorriendo la noche.
    
    Por la mañana, acaricio su espalda, voy bajando mi mano hasta su culo, ella se mueve, se enrosca entre mis piernas para que mis dedos lleguen mejor a cada rincón de su piel, lame sumisa mi pecho, yo sigo acariciándola, su lengua recorre mi vientre, hasta llegar a mi entrepierna, se aferra a mi verga, noto su respiración caliente, la humedad de sus labios, pero ahora tengo algo más urgente. Tirando de sus cabellos, la saco a la calle, nota la brisa en su piel que se eriza levemente, sabe lo que ahora toca, y sumisa abre la boca, no tarda en recibir un chorro amarillo y acido en su boca, engulle mientras yo voy meándola entera, me gusta apuntar a sus mejillas, a su frente, a su barbilla, mojar sus pechos, su vientre, ver sus rodillas en el charco de orina que se va formando. Al terminar se acerca, y con la lengua va limpiando las ultimas gotas de orina que aún quedan en mi miembro. Al fondo veo como llegáis con Nuria y Yoha, os dejan en el patio bajo un ...
    ... sol cada vez más intenso. Lidia sumisa se acerca a vosotras, las tres esperáis sumisas nuestras órdenes, bajo un sol intenso que arde en vuestra piel.
    
    Tras desayunar volvemos con vosotras, os decimos que ahora os llevaremos al circuito donde se hará la carrera, las dos os ponéis nerviosas, inquietas, por fin conoceréis el lugar, vamos hacia el coche, delante iremos Lidia y yo, detrás Nuria y Yoha, y en el maletero vosotras dos, te colocas, enroscada con tus patas dobladas, Zuleia se acopla a ti, aun os apretamos un poco más, notas tu cuerpo pegado al de tu compañera, ella siente tu respiración junto a su boca, y cuando menos lo esperáis, el clack del maletero cerrándose, la tapa os aprieta aún más la una contra la otra, el calor os empapa de sudor, el aire enrarecido se os hace irrespirable, y de pronto los primeros baches, socavones de tierra que zarandean al coche y os zarandean a vosotras. En el interior del vehículo, charlamos, reímos, Lidia me mira con los restos de mi meada, resecos en su piel, mientras las chicas le cuentan vuestras aventuras, como aceptasteis volver a ser yeguas sumisas, como os estamos domando y adiestrando, mientras tú, sientes cada vaivén, cada piedra que el coche pisa, dolorida y cansada, oyes como Zuleia llora, nunca ha llevado bien los sitios cerrados, y mucho menos cuando es un maletero pequeño y oscuro. El trayecto se alarga casi dos horas, siempre por carreteras estrechas o caminos desgastados.
    
    Finalmente, mareada y medio desvanecida por ...
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