1. Enfermo amor


    Fecha: 21/10/2021, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... antes de caminar hacia mí.
    
    —Hola, mi amor. Qué bueno que por fin estés aquí.
    
    —… ¿Aarón? — No podía creerlo. Era él, mi exnovio. La última vez que lo había visto, él media cuatro centímetros menos que yo, y era delgado y debilucho. ¿Cómo había cambiado tanto? Era irreconocible.
    
    —Te eh extrañado mucho, ¿tú me extrañaste? — Se sentó al borde de la cama y se acostó, dejando su cabeza a mis pies —. Llegar a como estoy ahora fue duro, pero por ti mi amor, soy capaz de todo.
    
    — ¿Qué es todo esto, Aarón? — pregunte asustada al ver mis fotos. Algunas eran de cuando estaba en la escuela, otras fuera de su casa. Se topó con algunas tomadas desde la ventana de su cuarto. Se sonrojo como un tomate cuando se topó con una caja llena de fotos en donde ella se estaba cambiando, duchándose, o simplemente desnuda.
    
    —Nuestra casa, cariño. Mis padres me apoyan a independizarme. Muy pronto, te mudaras y viviremos juntos— me vio con una sonrisa y rodo para quedar con el estómago contra el cubre cama. Tomo mi mano y la puso en su mejilla; cerro sus ojos y se apoyó en mi tacto —. Oh cielo, me haces tanta falta.
    
    —Aarón, esto no es sano. No podemos lastimarnos asi.
    
    Apretó mi mano y me miro con seriedad. En un rápido movimiento, se puso sobre mí y sostuvo mis muñecas al lado de mi cabeza. Mis ojos se clavaron en los suyos; estaba muy enojado.
    
    — ¡Ya deja de alejarme! ¡Tú me amas y yo te amo! — junto su frente con la mía. Sin dejar de verme. Nuestras respiraciones chocaban. A pesar ...
    ... de no quererlo, mi cuerpo reaccionaba a él — ¿Lo recuerdas? Cuando era un patético marginado. Fui a verte a la habitación de mis hermanos; arreglabas su ropa. Te entregue una flor de nuestro jardín y te dije lo que sentía. Me aceptaste. Nos abrazamos y nos besamos. Juramos que no nos separaríamos nunca.
    
    Dicho eso, me beso. Me beso como solíamos hacerlo en cualquier parte antes de que sus padres llegaran, y en donde sus hermanos no nos vieran. Sus labios se movían desesperadamente, intentado devorarme tanto como fuera posible; su lengua atacaba la mía sin darle oportunidad a defenderse.
    
    Soltó mis muñecas y enrolle mis brazos en su cuello. Respondí sintiendo una gran oleada de nostalgia y recuerdos. Había extrañado eso tanto, aun sabiendo que, en cierta forma, estaba muy mal lo que hacían.
    
    Nos separamos del beso, jadeantes y con ganas de más. Sentía mi cara arder, mis ojos apenas se podían mantener abiertos y mi lengua estaba ligeramente afuera. El me miro unos segundos; luego, sentí algo duro restregarse en mi pierna. Lo miro sorprendida. El sonrió divertido y se bajó encima de mí, llegando hasta los pies de la cama y bajándose de esta para pararse frente a mí.
    
    —No te sorprendas, cariño. Se me pone dura siempre veo tus fotos, imaginando todo lo que podríamos hacer— se sobo por encima del pantalón y gruño por lo bajo —. Antes eras cruel conmigo. Cada noche, mandabas tus fotos desnuda; posando sexy y diciéndome que todo eso era mío. Pero nunca me dejaste llegar más ...