1. La profesora de autoescuela (II)


    Fecha: 20/10/2021, Categorías: Dominación / BDSM Autor: bimont, Fuente: CuentoRelatos

    ... más bien lo contrario, estaba bien sujeta. Gimoteaba y se retorcía. Aguantó las que le puse en los pezones unidas por una cadenita, tiré de ella, una lágrima resbaló por su mejilla. Le aflojé la mordaza.
    
    -Quítame la pinza de abajo... por favor.
    
    -No estás en disposición de pedir favores. De todas maneras así no se piden las cosas, puta. Si tu resistencia ha llegado al límite pídeme que pare, pero hazlo de la forma adecuada.
    
    -Por favor mi Ama. Tu puta no puede aguantar más la pinza de abajo. Haré lo que sea, pero te ruego que me la quites.
    
    -Muy bien guarra... pero que conste que no aguantas nada -Antes de quitarle la pinza la retorcí un poco. Quería darle a entender que el tormento pararía en realidad cuando a mi me diese la gana. Con la mirada me lo agradeció y cuando le dije que no quería oírla gritar, abrió la boca aceptando de nuevo la mordaza de bola.
    
    -Voy a follarte duro, te sentirás llena, te lo aseguro -Aprovechando la lubricación y la dilatación cogí de nuevo el consolador anal y sin apenas preámbulos se lo inserté. Le mostré un doble dildo, que después de lubrificarlo y de introducir en mi vagina uno de los extremos, me coloque entre sus piernas, gemía lo que le permitía la mordaza y se retorcía contra mí. Aumenté la presión ligeramente y me miró. La lujuria brilló en su rostro. Como podía movía sus caderas para que estuvieran alineadas con las mías presionando hacia adelante. Las acometidas, eran fuertes, profundas, cada vez más rápidas. Un par de ...
    ... bofetadas y una charla sucia, la mantuvieron en un estado de constante excitación.
    
    -¡Eres mía! -Dije con los dientes apretados. Tiraba de las pinzas de los pezones, las retorcía y las golpeaba. Pasé mi mano hasta su garganta y seguí bombeándola. Jadeaba, retorcía sus caderas contra mí, nada que hacer excepto tomar su maldito castigo, delicioso. Cerró los ojos, apretando los músculos de sus muslos. Si seguía con esto, se iba a correr pronto. Fue intenso, ella con evidencia de que se había corrido, yo me alejaba después del tercer orgasmo. Los labios externos de Marta, rojizos e hinchados, brillantes por la humedad continuaban con espasmos. Acostada a su lado, admiré mi trabajo y sabía que había más por hacer.
    
    -¿Estás bien? -Pregunté en voz baja, mientras le quitaba la bola de la boca. Las babas resbalaban por su barbilla. Ella asintió, en silencio. No le pregunté si se había divertido, pero lo sabía, por el olfato, los fluidos y los sonidos.
    
    -Noa ¿puedo preguntarte?
    
    -¿Que?
    
    -Perdón... mi Ama. ¿Me va a seguir lastimando?
    
    -Sólo hasta que aprendas a ser una buena sumisa.
    
    -Aprenderé... lo prometo, haré lo que sea, lo que usted pida mi Ama.
    
    -Seguro lo harás puta, pero para eso aún falta -Mientras tiré tensando la cadena de las pinzas. Le pregunté si le dolía, si podría aguantar sin morderse los labios
    
    -Mi Ama, si vas a seguir ¿puedes ponerme de nuevo la bola?
    
    -De acuerdo puta, pero deja de lloriquearme -Le coloqué de nuevo la mordaza y le extraje el plug ...