1. Madre hot: Una de espartanos


    Fecha: 14/10/2021, Categorías: Fetichismo Autor: Alexandre, Fuente: CuentoRelatos

    ... leí otra vez la etiqueta y no pude evitar carcajearme: "Leche súper hidratante con fragancia de azahar para dejar su cuerpo como la seda".
    
    Llegada la tarde de aquel infausto cumpleaños mío, papá de regreso del trabajo convenció a mi madre para que, al menos, toda la familia disfrutase de una sesión de cine, que ya era suficiente el castigo de quedar sin regalo ni fiesta. A regañadientes, mamá consultó la cartelera. No le convencía ningún título hasta que mi hermana intervino:
    
    -Esta, que trata de la lucha entre espartanos y persas dicen que está muy bien, que tiene unos magníficos efectos especiales.
    
    -¿Espartanos y persas? -inquirió mamá-. ¡No será un insufrible western con tiros y flechas por todas partes!
    
    -¡Qué va! -añadí yo-. Se parece más a los filmes de romanos y gladiadores.
    
    Mamá dio el visto bueno, sin siquiera consultar con mi padre. En realidad, a él ni le iba ni le venía, porque sus gustos iban por otro lado. En su oficina del garaje, además de las cajas de condones, le había descubierto un buen montón de revistas porno, así que lo suyo eran tetas y culos. Y buenas conchas peludas o rasuradas, que en la variedad está el gusto.
    
    La película no debía estar nada mal, pues apenas quedaban billetes. Tuvimos que conformarnos con asientos separados, dos butacas en la penúltima fila y, justamente detrás, otras dos. Mi hermana y yo ocupamos las de delante, hicimos un buen avituallamiento de palomitas y un refresco y nos dispusimos a disfrutar del ...
    ... filme.
    
    -No sé porqué nos han dado estos asientos -protestó al poco mi hermana-. Hay butacas vacías por toda la sala.
    
    -Sí -respondió mi padre-. Pero no hay dos juntas, y menos cuatro.
    
    -Pues yo desde aquí veo mal. ¿Puedo irme para allí adelante?
    
    -Toda esta fila nuestra también está desocupada, solo estamos tu madre y yo -respondió papá.
    
    -¡Claro, porque es la peor, es la última del cine! -protestó la nena, que comenzaba a seguir los pasos de su madre: caprichosa y protestona.
    
    -Déjala cambiar de sitio -terció mi madre, a la que parecía empezar a gustarle la película. Quizás aquellos torsos sudorosos, la musculatura y los paquetes que se marcaban en las entrepiernas de los espartanos empezaban a gustarle...
    
    Cuando facilité la salida de mi hermana para en la oscuridad ir a buscar acomodo en una fila con mejor visión, observé que un hombre fornido y tosco se sentaba junto a mi padre. Tendría unos treinta y tantos años, alto y con aspecto de operario recién salido de su trabajo, despedía un ligero olor a sudor pero soportable. Llevábamos unos veinte minutos de proyección cuando escucho decir a mi padre:
    
    -Esta película es una mierda. Los actores parecen salidos de un cómic. No hay más que sangre y músculos. Os espero fuera a que termine esto, así aprovecho para hacer algunas llamadas telefónicas y fumar un cigarrillo.
    
    Me estaba gustando la película. Un puñado de intrépidos espartanos se iba a enfrentar a todo un ejército, luchando por su civilización y libertad. Estoy ...