1. La terapia de la rosa roja


    Fecha: 12/10/2021, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... fuertes rompieron el silencio que reinaba en el consultorio y Katherine se apresuró a decirle que pasara.
    
    - Hola mi nombre es Hank, soy el hombre al que lleva esperando más de media hora. Siento mucho el retraso, fue imposible llegar antes.
    
    - Hola Hank; soy la doctora Katherine Montesinos. No te preocupes suelo trabajar hasta tarde. Toma asiento donde quieras y comencemos.
    
    Mientras Hank se colocaba en el sillón; la doctora se quedó mirándolo de los pies a la cabeza. Era un hombre apuesto y atractivo, chaqueta de cuero, pantalones jeans ajustados, camiseta de tirantes blanca que marcaba cada musculo de su pecho y unas botas de cuero con correas típica de los motoristas y chicos malos. La doctora sintió un calor que recorría su entrepierna, mientras se fijaba en las gotas de sudor que dibujaban un río desde el cuello de Hank y se perdían entre sus pectorales adornados con una cruz plateada y con el centro de Zafiro. El ventilador estaba encendido ya que el aire acondicionado había dejado de funcionar por el excesivo calor del exterior. Katherine se había desabrochado los dos primeros botones de su camisa para sopesar la fatiga, esto hacía que sus turgentes pechos se viesen brillantes por el calor de la consulta. Ella estaba extrañamente excitada por la mirada penetrante y fija de su paciente. Era una mezcla de miedo y deseo lo que sentía en su cuerpo.
    
    Hank era un sexo-adicto, así que Katherine pensó que la mejor idea era hacer que él hablase de sus aventuras e ir ...
    ... dándole un rumbo a la terapia. Con lo que no contaba la doctora era que esas mismas historias hacían que su cuerpo, casi abandonado por el tacto masculino, comenzara a reaccionar a las palabras de su paciente. Katherine cruzaba las piernas y las apretaba disimuladamente con cada palabra de Hank, él era sexy, fuerte un amante incansable y sin duda conocía el cuerpo de una mujer en todas las perspectivas. Lo malo de llevar lencería de ceda y encajes era que la suavidad de la tela permitía que sus pezones erectos por la excitación saliesen a la luz.
    
    Llevaban casi media hora de charla cuando Hank se detuvo.
    
    - Doctora; seria usted tan amable de darme un vaso de agua, el calor del día tiene sus efectos en la garganta cuando uno habla sin parar.- Dijo Hank esbozando una sonrisa.
    
    - Claro, ahora mismo lo traigo- Respondió la doctora instantáneamente.
    
    Mientras Katherine se dirigía al otro lado de la habitación para cumplir con la petición de su paciente. Su cabeza no paraba de pensar en las lascivas y sexuales palabras del hombre. Interiormente se decía a si misma que tenía que ser una profesional y centrarse en su trabajo. Pero su cuerpo excitado le llevaba la contraria, y ella notaba como sus bragas estaban mojadas por el húmedo néctar de su vagina.
    
    Estaba llenando el vaso, cuando sintió la presencia de Hank en su espalda. Ella se dio la vuelta esperando que fuese fruto de su imaginación, pero no; él estaba detrás de ella y la miraba tan fijamente que casi le corta la ...
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