1. Fantasía cumplida 2. Mi amiga quiere ser puta por un día


    Fecha: 19/07/2017, Categorías: Anal Autor: Nazareno Cruz, Fuente: CuentoRelatos

    ... mis lamidas. La tendí sobre el lecho, fui por un cubo de hielo del vaso de whisky, para pasarlo muy lentamente sobre sus tetas, rodeando los pezones, luego pasando directamente sobre los pezones. Es bien conocido el efecto del hielito sobre esa zona, también lo fue en ella, que comenzó a gemir, agitarse y vibrar al conjuro del mágico efecto del hielo sobre la piel caliente de Susy. Un recorrido rápido sobre el vientre hasta recorrer los labios de la vulva en toda su extensión, dejarlo un instante entre los labios repetía el efecto multiplicador de lujuriosas sensaciones, estremecerse y apretarse los pechos como forma de poder soportar el estado de excitación que la había dominado.
    
    La mirada se detenía en mí esperando la próxima movida del “cliente”, sigo jugueteando con el hielito en su cuquita, mientras me arrodillo junto a su cara, le llevo la mano para que la cierre entorno de la pija que está a centímetros de su cara. Muevo la pelvis hacia adelante para que entienda que es tiempo de comenzar a “trabajar”. No necesitó otra indicación, porque me moví hasta que tocara sus labios, empujé sobre ellos y abrió la boca para dejarme entrar en ella.
    
    Mientras jugueteo con el hielo en la vagina, comenzó a mar la pija, moviéndola en vaivén comienza a excitarse. Sabía muy bien como complacerme, podía disfrutar el juego dentro de la boca, moverla lamiéndola con la experiencia de una puta consumada. Me tendí de espaldas y ordené:
    
    —Ahora me montas, quiero sentir como me coges, ...
    ... primero una buena mamada y a montar…
    
    La instrucción autoritaria le hizo imponerse de lo que estaba haciendo es satisfacer las necesidades del cliente, era necesario hacerle sentir el rigor de la exigencia, el poder es de quien paga por el servicio, esa era su fantasía a cumplir, yo el artífice para conseguirla.
    
    Comenzó a moverse a su ritmo, pero… el cliente pide, exige que se mueva más, que se agite, que motive el placer del hombre. Una nalgada produjo su desconcierto a la segunda se acomoda a la situación, por la tercera y la orden de moverse más y mejor, la hicieron ubicar en tiempo y espacio. En el tiempo de placer que debe proveer, en el espacio que el pagador por el servicio exija.
    
    Puesto los puntos en claro, todo fue mejor, expectante, esperando las órdenes para cumplir los caprichos de su primer cliente.
    
    Ahora, date vuelta y monta, quiero ver tu trasero, ver como lo mueves. – ¡Vamos, estoy caliente, vamos!
    
    Montó de espaldas, quería sentir el morbo de verla cogerme, que se viera reflejada en los espejos, como su hombre le está jugando con el dedo dentro del ano. Se mueve a ritmo, me impulso en ella con fuerza.
    
    El dedo jugando dentro el ano hace el efecto de incrementar el placer. Le ordeno volverse, cabalgarme de frente, necesito sentir sus tetas en mi cara.
    
    Sujeta de la cintura me impulso hacia arriba, acelera los movimientos y estalla en un orgasmo que evita se le escape de la boca, se muerde como para refrenar el grito, tal vez un poco de vergüenza ...