1. Atrapado caliente


    Fecha: 08/05/2018, Categorías: Incesto Autor: axel, Fuente: CuentoRelatos

    ... sornas ocurrentes parecían no tener límites ni fin, y me torturaba cosquilleantemente comenzando a masturbarme con sadismo cosquilleante atroz.
    
    Los orgasmos comenzaron a invadir mi ser entero en avalanchas enloquecedoras, y por mi verga empezaban a saltar los más insólitos chorros de un semen que parecía como increíble emanación de una crema despampanantemente abundante, producto de las calenturas acumuladas que aquella muchacha había enquistado lujuriosamente en mí, mas todo aquel aditivo de ese momento así dado.
    
    La muy sádica gozaba así haciéndome sin soltarme, y yo pataleaba inútilmente sin lograr otra cosa que aumentar mi desesperación, y la mayor dicha en ella.
    
    Adicionado humillaciones sabía ella acomodar una de sus piernas acomodando una de sus descalzas plantas sobre mi cara para hacerme lamer así su pie, mientras debía yo eso cumplir, o recibiría la tortura de apretarme ella los huevos. Yo... lamía... lamía... y lamía.
    
    Ella... reía... reía... y reía.
    
    Así me tenía dejando que transcurriese el tiempo así haciéndome todo cuanto hacerme ahí quisiera, y yo enloquecía en desesperación impotente, y sintiendo cómo ella hacía una y otra vez estallar mis orgasmos que descargaban mi leche entre sus carcajadas triunfales.
    
    Mis pataleos eran la más ridícula acción que más aún a ella le provocaban placer, y jugando a su antojo con mis huevos y mi verga, así me tenía en aquella ultrajante sesión que sólo culminaría, cuando llegara la hora de que arribasen sus ...
    ... padres, y ahí debería ella soltarme.
    
    Yo, resignado pues a esa suerte, no veía la hora, de que el mediodía llegase.
    
    Había un reloj sobre la pared que tanto yo como ella mirábamos, y ella reía jugando con el tiempo que podía seguir así disfrutándome, y torturándome también con eso.
    
    De pronto, siendo ya la hora 11.55... llegan unas amigas que tocan el timbre y que sabiendo mi captora que de ellas se trataba, las llama a gritos para que entren, y éstas entran, y... lo ven todo y en un minuto les cuenta lo que había pasado riendo todas a las carcajadas, y sabiendo lo de la llegada de sus padres y que debía por tal motivo soltarme, las muy cerdas rápidamente le plantean la idea de llevarme en la camioneta de ellas hasta una finca abandonada donde podría prolongar indefinidamente mi cautiverio y su libertad total para cualquier cosa allá poder hacerme, y cuando eso escuché quedé como poseído por una desesperación inenarrable, al tiempo que veía la cara de mi captora dirigiéndome la más burlona de las morisquetas, al tiempo que alzaba sus brazos en triunfal placer.
    
    Con rapidez insólita todas comienzan a actuar para sacarme de allí antes de la hora 12.00, y mientras una de ellas corría para ingresar la camioneta hasta el garaje y otras ayudaban a cargarme arrastrándome a la fuerza hasta el garaje llevándome, yo gritaba pidiendo socorro entre sus cochinas risas y el hacer rápido y eficaz al extremo logrando entrarme a la camioneta que ya ponían en marcha sacándome con ellas ...