1. Atrapado caliente


    Fecha: 08/05/2018, Categorías: Incesto Autor: axel, Fuente: CuentoRelatos

    La calentura a la que me tenía sometido aquella exuberante y hermosísima amiga del cole, era cosa ya... ¡monstruosa!
    
    Ella lo sabía y vivía haciendo todo lo posible para aumentar aquel estado en mí, y esa cosa perversa en ella, era lo que más me encendía en calentura sexual mezclada con cierta rabia también, y todo ese combo en mí generado, a ella más placer le causaba. Yo... ¡hervía!
    
    Todo aquello iba engendrando una verdadera maraña entre erótica y desesperantemente ardiente en todo mi ser, y al así saberlo ella, su goce era indisimuladamente para mí, desesperante.
    
    Cierta mañana debí concurrir hasta su casa para preparar juntos un trabajo escolar, y estando ella sola pues sus padres regresarían como de costumbre al mediodía con la rigurosa puntualidad de siempre, mientras la veía hacerme todo tipo de sensuales provocaciones para más y más encenderme en calenturas como tanto le gustaba, decidí poner fin a todo ése su atropello, lanzándome sobre ella para allí mismo... ¡VIOLARLA!
    
    -"Basta puta conchuda de mierda me las vas a pagar todas juntas culona piernuda calienta-pollas!" Le gritaba mientras caíamos abrazados en candente lucha cuerpo a cuerpo, y la muy cerda se largaba las carcajadas defendiéndose, y presentándome una batalla verdaderamente para mí... ¡difícil!
    
    Rodábamos por el piso de su alfombrado dormitorio amplio y hermosísimo, y mi cuerpo bastante inferior en peso y fuerzas que el de ella, había pronto quedado bajo su pesada corpulencia, sin poder de ...
    ... ella zafarme y desesperadamente, debía soportar yo las sonoras burlas de sus risas y dichos burlándose de mi situación en la lucha que sosteníamos.
    
    Sin poder yo evitarlo, comenzaba ella a desnudarme quitándome con fuerza incontenible una a una mis prendas, hasta el punto de dejarme completamente desnudo, y sin poder tampoco yo evitarlo y debiendo soportar sus carcajadas, ahora... comenzaba a amarrar mis manos detrás de mi espalda, con unas medias de ella que estaban ahí al alcance de su mano sobre el piso tiradas, y que, para aumentar la humillación, antes de amarrarme, me las hizo oler un buen rato estando esas medias sudadas y olorosas. ¡Cómo reía ella al eso hacerme!
    
    Ya amarrado yo con mis manos atadas detrás, colocó ella una de sus enormes piernotas entre mis brazos apresándome contra el piso quedando ella con sus dos manos completamente libres para hacerme lo que quisiera hacerme, y conmigo pataleando en desesperación inútil, comenzó a torturarme sutilmente con cosquillitas atroces deslizándome sus dedos por toda mi electrizada desnudez indefensa.
    
    Sus diez dedos recorrían cosquilleantemente por todo mi pecho, brazos, piernas, vientre, bajo vientre... y... sí: por mis huevos y verga ya a ese momento como inmensas masas desesperadamente excitadas, y al entrar en contacto sus dedos con mis indefensas genitalidades, comencé a soltar verdaderos alaridos de desesperación atroz mientras de ella, estallaban las más sonoras carcajadas disfrutando mi locura naciente.
    
    Sus ...
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