1. Historia del chip 009 - En vela - Daphne 004


    Fecha: 03/05/2018, Categorías: Dominación / BDSM Autor: chopin, Fuente: CuentoRelatos

    ... Indecentemente corto, al menos las filigranas impedían una visión completa de las nalgas o de su pubis. Arriba no tenía esa suerte. Los pechos aparecían descubiertos, aunque supuestamente la seda, -estaba casi segura de que era seda-, los tapaba.
    
    Salió sin mirarse demasiado en el espejo o incumpliría la norma del minuto dentro del vestuario. Las habitaciones de las chicas estaban en la misma planta. Había que atravesar todo el corredor hasta llegar a ellas. El pasillo estaba bien iluminado. Daphne no quería encontrarse con nadie. Se moriría de vergüenza. Por fin vio la puerta de A1. Se colocó enfrente de ella. Con suavidad, acercó los pechos hasta que los pezones tocaron la madera. Elevó los talones y cerró los ojos. Contó hasta cien como se le había indicado y golpeó suavemente. Dos toques. Jennifer abrió.
    
    —Has venido. ¡Qué bien! ¿Te has perfumado?
    
    Daphne asintió tímidamente.
    
    —Sí.
    
    Seguro que había olido el perfume, pero de alguna manera sabía que quería su confirmación.
    
    —¡Fantástico! Estás preciosa. Sé que es un poco extremo para andar por el pasillo. Hoy era el día. Otras veces te dejaré un chal para que te cubras. Pasa y ponte cómoda.
    
    Mucho más cómoda no podía estar. No sentía que llevase nada puesto ni en los pies ni en el cuerpo. Jennifer también llevaba un salto de cama, ligeramente más discreto. A diferencia del suyo, los pechos se adivinaban apareciendo y desapareciendo. Apenas le daba tiempo a disfrutar. Y era un salto de cama mucho más práctico ...
    ... pues no se sujetaba con nudos. Un broche en el cuello y otro en la cintura lo sostenían. También era más largo: unos diez centímetros. En este caso era la diferencia de una exhibición inadvertida a poder mover las piernas cómodamente. Un lujo que Daphne no tenía.
    
    Nunca había visto una mujer tan bella y quería dedicarse a recorrer su cuerpo. Ya estaba excitada. ¿Qué pasaría cuando el perfume hiciese efecto? Miró a Jennifer a los ojos.
    
    —Creo que el perfume no era necesario. Ya estoy ardiendo. Tienes el cuerpo más increíble que he visto nunca. Aquí todas sois tan hermosas que me siento fuera de sitio— reconoció con expresión grave y en el fondo queriendo lanzarse sobre Jennifer.
    
    —Eres demasiado humilde. Es cierto que tenemos cuerpos espectaculares: reflejan el dinero de nuestras familias. El tuyo es, en cambio, herencia genética y voluntad. No sabes cuántos hombres lucharían por conseguirte.
    
    Mientras Jennifer alababa a Daphne, había empezado a acariciarle los muslos. Daphne hizo lo mismo con Jennifer.
    
    —Pues, últimamente no tengo suerte, por lo que se ve. Llevo tres meses con el chip. Y ando desesperada. No creo que el perfume me ayude— le confesó Daphne. Jennifer no se disculpó.
    
    —No te pondrás el perfume por ti, sino por tu amante. Tu deseo no es primordial. Es tu voluntad, tu decisión de querer estar conmigo. Una vez que has decidido que deseas pasar la noche con tu amante, tu opción es ofrecerte en cuerpo y alma. No importa si tu amante está cansado o venga ...
«1...345...12»