1. Tengo 18 y me inició un cincuentón


    Fecha: 01/05/2018, Categorías: Confesiones Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    ... departamento lujoso y el dormitorio no era la excepción. La cama era gigantesca, con un cobertor color arena. Mientras yo miraba todo, él, que durante la recorrida se había quitado la chaqueta y la corbata, iba desvistiéndose hasta exhibirse con un bóxer bajo el cual la pija le abultaba un poco.
    
    -Vamos, lindo, desnudate y mostrame todo… -me dijo mientras yo no podía dejar de mirarle el bulto, que estaba cada vez más grande.
    
    -Sí, señor Ernesto, claro… -dije y empecé enseguida a quitarme la ropa, devorado por la ansiedad y las ganas de ser comido.
    
    Por fin, cuando estuve desnudo y mirando al piso, lo escuché aclararse la garganta y luego decir: -Qué bomboncito sos, nene… ¡Qué cuerpo tenés!... Sos increíble…
    
    -Ay, gracias, señor…
    
    -Date vuelta…
    
    -Sí, señor… -y antes de hacerlo miré y vi, con un estremecimiento, que su pija estaba totalmente afuera del bóxer y bien parada.
    
    Él advirtió que yo había mirado y dijo: -¿Viste cómo me tenés, nene?
    
    Yo me di vuelta y entonces lo escuché exclamar: -¡Qué culo, Jorgito! ¡Qué culo increíble!
    
    Al escuchar eso me puse a temblar entero, abrasado por una intensa calentura. Inmediatamente lo sentí pegado a mí por detrás, haciéndome sentir en las nalgas su tan apetecible pija.
    
    -No pude contenerme y dije, o mejor dicho supliqué: -Ay, señor… Metámela… ¡Metámela! Yo ya sabía lo que era la penetración anal, porque me había comprado un consolador de dieciocho centímetros de largo por tres de ancho con el que calmaba el hambre ...
    ... de mi culo. Cada vez que me metía ese juguete sentía cuando estaba entrando un dolor intenso, pero que se reducía casi completamente una vez que el ariete estaba del todo adentro. ¿Sería lo mismo con una pija de verdad? Pero era tal mi excitación que dejé de pensar en eso enseguida.
    
    -Claro que te la voy a meter, Jorgito, hasta los huevos te la voy a meter. Pero antes me la vas a chupar. –respondió a mi ruego el señor Ernesto.
    
    -Sí, señor Ernesto, lo que usted quiera… -le dije y nos acostamos en la cama, él de espaldas, con su verga apuntando al techo, yo, de sumiso que soy, a la espera de sus órdenes.
    
    -Bueno, Jorgito, a chupar. –y chupé. Engullí esa pija desesperadamente, ansioso por probar esa experiencia que imaginaba muy placentera. ¡Y fue enorme el placer que sentí chupando y lamiendo guiado por mi iniciador que de pronto y sin avisarme, me llenó la boca de semen mientras gruñía y me gritaba: -¡Tragá, nene! ¡tragá todo! ¡tragááááááá!
    
    Y tuve que tragar a pesar de que al principio me dio un poco de asco el sabor salado de esa leche.
    
    Mientras yo tragaba y tragaba, el señor Ernesto jadeaba tratando de normalizar su respiración y yo me preguntaba si él, que ya no era un jovencito, podría repetir el polvo pero en mi culo.
    
    De pronto me preguntó: -¿Tragaste toda la lechita, nene?
    
    -Sí, señor… toda…
    
    -A ver, abrí bien la boca y mostrame. –me ordenó incoporándose a medias en la cama. Abrí la boca bien grande y le mostré que no quedaba allí ni una gota de su ...