1. Historia del chip 008 - El concierto - Kim 005


    Fecha: 22/04/2018, Categorías: Primera Vez Autor: chopin, Fuente: CuentoRelatos

    1)HdC 008 — El concierto — Kim 005
    
    Iba a ser un día especial. Uno más de la interminable lista. Roger había llamado el día anterior y le había dicho que irían a un concierto: a la zona VIP. Kim estuvo dándole vueltas al armario y a su cabeza, sin decidirse por el atuendo apropiado. Todavía no había estrenado ninguno de los tres vestidos nuevos y consideraba que ninguno le serviría en una sala repleta de gente.
    
    Mary consiguió convencerla de que se pusiera el rojo con la elipse frontal. Kim acabó por aceptar al suponer que estaría sentada gran parte del tiempo y que Roger podría acariciarle los pechos con disimulo en la oscuridad. No le faltaba razón porque el vestido permitía a cualquiera acercar la mano desde abajo y atrapar los senos suspendidos.
    
    Se maquilló con cuidado y buscó unos zapatos de tacón. Ya tenía tres pares. A Roger le encantaba verla de esa guisa y Kim se iba acostumbrado a oscilar y bambolear. Pero todavía no se atrevía a bailar un rato largo con ellos.
    
    Iba toda de rojo. Faltaban unos pendientes. Molesta por su falta de previsión, rebuscó entre los de su madre. No encontró nada que realmente la convenciese, cogiendo sólo un pequeño bolso y un chal. Dudó sobre la conveniencia de ponerse unas braguitas, pero conociendo a Roger. le gustaría que se las quitase antes de subir a la moto, así que se colocó un tanga ridículamente estrecho por delante e inexistente por detrás. Echando el último vistazo en el recibidor antes de salir, decidió dejar el chal. ...
    ... Sólo servía para cubrir la parte superior del pecho y los hombros, justamente las zonas cubiertas y no más abajo. Era inútil a todas luces.
    
    Roger ya estaba en el callejón esperándola. Siempre quedaban allí aunque Kim tuviese que caminar un par de minutos. Roger nunca tenía prisa y solía llegar antes que ella. Resultaba más cómodo quedarse en la moto tranquilamente, sin molestar a nadie, más que en mitad de la calle sin lugar dónde aparcar.
    
    En cuanto empezó a caminar con ligereza, Kim creyó sentir como el vestido se le subía. No sólo la parte de la falda sino el borde que peligrosamente trataba de cubrir los pechos por debajo. Ya estaba acostumbrada a bajarse intuitivamente el regazo y a apreciar la mirada inquisitiva de los hombres cuando lo hacía, solo que esto resultaba más embarazoso. Estaba obligada a usar la zona de la cintura dónde sí que había tejido que estirar.
    
    Tuvo que hacerlo tres veces en el corto trayecto. Cuando llegó junto a Roger, se besaron apasionadamente. A los dos les encantaba ese primer beso. Siempre sabía distinto o así le parecía a Kim. Roger le había agarrado la cintura con las dos manos. Kim sintió el aire en la parte inferior de las nalgas, el vestido desconocía la existencia la gravedad y seguía subiéndose, ayudado por las manos que no sabían quedarse quietas. A modo exploratorio, Roger llevó las manos hacia arriba y rozó los pechos descubiertos en su escote inferior. Los pezones recibieron gozosos el contacto, ya hacía mucho tiempo que a ...
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