1. El reencuentro


    Fecha: 20/04/2018, Categorías: Incesto Autor: Getzemany, Fuente: CuentoRelatos

    ... me encantaba que me chuparan y mordieran los senos. Me masturbaste varias veces, ya sin fuerzas me arrodillé, bajé tu pantalón liberando tu pene, lo saqué con la mano, lo sobé hacia arriba y hacia abajo varias veces, le pasaba la lengua en la cabeza, estaba mojado y me lo metí a la boca, quería devorarlo, tú con tus manos en mis cabellos los agarraste con fuerza, que me encantaba, obligando a mi cabeza a quedarse ahí, a que se lo metiera todo en la boca.
    
    Estaba grande, duro, caliente, lleno de deseo. Esto bastó y sobró para que me acabaras en la boca cayendo un poco de semen en mi pecho, lo recogí con mis dedos y lo llevé a mi boca y tu mirada era de total excitación al ver cómo me doblegaba ante ti. Yo deseaba que me penetraras, pero esa no era tu intensión, las ganas me estaban matando, te quería adentro de mí. Me llevaste a la cama, abriste mis piernas y bajaste al centro tu lengua húmeda que acariciaba mi clítoris, lo chupabas, lo mordías, lo lamías, lo besabas con ganas de comértelo. Y me penetraste tus dedos dentro de mi vagina jugando con mi punto G, te habías vuelto muy hábil con las manos y eso me encanta, hacías todo lo me gusta, sin pedir permiso. Un poco salvaje, un ...
    ... poco tierno, lo importante es que te gustaba y a mí también. Fueron varios orgasmos que perdí la cuenta, con tu lengua, esa lengua que aprendió muy bien... luego te levantaste un poco y con la cabeza de tu pene me acariciabas la vagina y jugabas con mi clítoris, estaba mojada, muy húmeda, caliente, ardiendo de deseo. Recibiendo todo el placer que me estabas ofreciendo, solo cerré mis ojos para disfrutar mejor en mi último orgasmo, sin mucho rodeo me penetraste, lo metías, lo sacabas, te acostaste y quedé encima tuyo tratando de mantener el control. Estabas lleno de deseo, solo te di la facilidad de tener más cerca de tu boca mis senos, mientras me penetrabas con fuerza, yo gemía de placer al sentirte dentro de mí, duro, acariciándome por dentro, de pronto sentí un líquido caliente llenando mis entrañas con tu semen, tu orgasmo fue tan intenso que te hizo temblar de placer. Me volteaste y quedaste arriba estremeciéndote por tu eyaculación y así te quedaste unos minutos, dormido encima de mi mientras que yo te acariciaba la espalda y repasaba con mis dedos tu tatuaje, a partir de esa noche y todas las noches que podíamos, nos encontrábamos para regalarnos estos encuentros tan ardientes. 
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