1. Mi hermana, mi ama


    Fecha: 18/04/2018, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... Lidia. Mi madre, Lidia y yo, nos fuimos a un rincón del fondo, con poca luz y nos sentamos. Uno de los señores se nos acercó, acarició la mejilla de madre y le sonrió. β€” Oscar, esta madurita me la pido yo primero! Se dirige a madre. Se agacha y le coge la mano para besarla cortésmente. β€” Luego tendremos un ratito para nosotros, guapa. ¿Cómo te llamas? β€” Amparo, señor. β€” No me llames señor, me llamo Luis. Oscar se acerca para hablarle. β€” Verá Don Luis, es que ella no es del espectáculo, es la madre de los dos chicos que van a actuar. β€” Pero follará también ¿No? Madre sale al quite. β€” Si, Don Luis! Cuando usted quiera, estoy a su disposición. β€” ¡Así me gusta! ¡Decisión! Luego nos vemos Amparo. Me gustas, tienes unas tetas muy hermosas. Sopesa las tetas de madre que suspira hondo y le sonríe. Don Luis se aleja riendo. Oscar se encoge de hombros y vuelve a servir a los invitados. Madre nerviosa. β€” ¡Pues no que me he mojado las bragas! Cuando me ha cogido las tetas casi me corro. β€” Madre, contrólese un poco, que los que venimos a trabajar somos nosotros. β€” Anda, anda. Dejaros de monsergas, vosotros folláis, pero yo también. Oscar nos llama. β€” ¡Vamos chicos, podéis empezar! Los señores y las señoras se sientan en las sillas, dejando libre la sala. Suena la música de un tocadiscos. Lidia se acerca a la parte donde no hay alfombras, se contonea al andar, ha recogido su pelo en dos coletas y se ha maquillado con mucho colorete en los pómulos y pintitas negras, simulando pecas. ...
    ... Una blusita rosa y una faldita amarilla con vuelo, conforman su indumentaria. Realmente parece una niña. Se agacha, simulando coger algo del suelo, para mostrar el culito, sin bragas, moviéndolo de un lado a otro para que lo vean todos. Sin dudar, se remanga la falda y se agacha en posición de hacer pipi. Las rodillas abiertas muestran el negro triángulo, velludo, entre los muslos. Yo me pongo detrás de una silla, cerca de ella, me agacho y observo como orina. Pero es que lo hace de verdad. Desabrocho el pantalón y meneo mi verga con la mano. Dos de los señores se acercan, colocándose a mi lado, para ver como mea. No sé qué habrá bebido, pero el chorro no cesa, lo corta, deja salir de nuevo, así una y otra vez. Los señores, a mi lado, también se masturban. Cuando termina la meada, se levanta, finge sorpresa al verme. β€” ¡¡Ehh!! Miguelito ¿Qué haces ahí? ¿Qué miras? ¿Me estas espiando?… ¡Ven aquí, sinvergüenza! ¡Te voy a dar una que te vas a enterar! Me agarra por una oreja y tira de mí hasta la alfombra. Me duele, grito pero no hace caso. Me tira de espaldas en el suelo y se sienta sobre mi cara. β€” ¿Querías ver meaos? ¡Pues los vas a ver, los vas a oler y los vas a beber! Me obliga a lamer su coño con los pelos empapados de orín. Pero no contenta con eso también el culo. Mientras ella se pajea con una mano y con la otra atrapa mi verga, que sin yo querer, esta tiesa como un palo. Los espectadores se acercan para ver mejor lo que ocurre. Una de las mujeres se agacha para ...