1. El negro chupete de mi mujer


    Fecha: 10/04/2018, Categorías: Intercambios Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... ensarto todita, el negro se quedó un instante estático, como saboreando o acostumbrándose al suave apretón que le daba la vagina de mi mujer, esto solo duro un instante, para luego empezar el sabroso metisaca, mi mujer se comía tan tremenda verga, que a veces por los envites se salía de su sabrosa funda. El negro empujaba fuertemente, en cada empujón le clavaba toda la vergota en su húmeda concha, nada más se oían los suspiros de mi vieja y el ruido que esa verga que hacía al entrar en ella, muy a mi pesar, me dije, que el pinche negro sabia moverla muy bien, que sabroso se cogía a mi vieja, se veía que estaba bien caliente. Me excitaban los gemidos y gritos de placer que lanzaba mi güerita a cada estocada que le daba el negro, hasta que logro que mi mujer, lanzando gritos de placer tuviera un orgasmo de tamaño monumental, ella abrió más las piernas, para recibir más profundamente las estocadas que le estaban dando. Mi mujer quedo toda desmadejada por el orgasmo que tuvo, la desensarto y se paró a un costado de la cama y le acerco el dulce a mi vieja, ella al verla tan cerca de su boca, se prendió a ella como becerro de un año, saboreando sus jugos que apenas hacia un instante los había vertido sobre ese pedazo de gruesa carne, así estuvo un rato largo, se levantó y se fue al baño para darse un duchazo, después de un rato salió vestida con una especie de pijama de lino de color azul, cosa que me sorprendió, porque nunca se la había visto. Mientras tanto el negro estaba ...
    ... tendido boca arriba jugando con su verga que estaba parada en todo lo alto por la excitación, ella se sentó a su lado, el negro empezó a juguetear con sus tetas, mientras que ella le acariciaba su pecho peludo con mucha suavidad, mientras lo hacía, se reía con él, parecía una gatita juguetona que ronroneaba junto a él, después lo empezó a besar desde el pecho hasta su entrepierna y ella golosa se empezó a comer esa verga que le gustaba tanto. El negro se recostó en la cama con las piernas abiertas, ella volvió apoyar su cabeza en su regazo, teniendo a su alcance el objeto de sus deseos y se la empezó a chupar muy lentamente, saboreándola cachondamente, la verdad que rico se la mamaba, cosa que me dio un poco de celos, se estaba comportando como toda una puta. Después de un rato, ella se levantó e hizo el intento de quitarse el calzón del piyama, el negro con la cabeza le dijo que no, el con los dedos le indico que se subiera, ella se subió en él, ella aparto un poco el calzoncito y se la ensarto limpiamente. Cuando estuvo totalmente ensartada, se quedó quieta saboreando la negra tranca, entonces comenzó un tremendo metí y saca, yo veía excitado como mi mujer se comía esa verga que la hacía gritar de placer a cada sentón que se daba, así estuvieron un rato, después el negro empezó a empujar para arriba, el negro sabía lo que hacía, buscaba que cada estocada fuera muy profunda, para esto empujaba su bajo vientre al unisonó que mi mujer se sentaba en su verga, eran estocadas profundas ...