1. El negro chupete de mi mujer


    Fecha: 10/04/2018, Categorías: Intercambios Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    Después de satisfacer la fantasía sexual de mi güera con aquel negro, como que entro en nuestras vidas un impase, en el cual no tuvimos sexo por varios días, primero, porque mi vieja quedo bien rosada de su conchita por la tremenda verga negra que se comió y segundo, porque hubo un enfriamiento en nuestras relaciones, yo sentía que mi mujer se sentía culpable por la fantasía que vivió y yo por permitirla, por lo que tuvimos que platicar largo y tendido, para sincerarnos entre nosotros y quitarnos el dejo de culpa que nos dejó esa sesión. Entonces fue que llegamos a la conclusión, de que una fantasía sexual bien preparada y aceptada por los dos, no nos caía nada mal, sino al contrario, nos unía más, hablamos, como se dice, al chile pelón de nuestras preferencias sexuales, por ejemplo, mi mujer, me dijo, que le hubiera encantado comerse la vergota de ese negro que se cogió, le dije, molesto, esa no me la sabia, porque en todo el tiempo que llevábamos de casados, nada más una vez me dio gusto con la boca, en un trio que realizamos con una amiga ella y eso al calor de las copas, me miro con los ojos vidriosos de deseo, me dijo, con voz melosa, bueno nunca es tarde para comenzar. Como estábamos en la cama, dicho y hecho bajo su cabeza a mi bajo vientre y de un solo movimiento saco mi verga, que para entonces estaba bien erecta y se puso a mamarla, al principio con la inexperiencia de una mujer en su primera vez, con la voz entrecortada por el placer que me estaba dando, la empecé ...
    ... a guiar, para que aprendiera, la verdad me salió muy buena mamadora, porque en un rato me saco toda la leche, misma que se la eche en la cara, la agarre desprevenida, yo pensé que me la iba a ser de pedo, pero nada más se rio, después de bañarse, se durmió acurrucada pegada a mí, pensé, como hacer para cumplirle su fantasía. Después de esa platica, fuimos más abiertos, en relación con el sexo y decidimos dar cumplimiento a la fantasía de mi güera, que era comerse una buena verga negra, fue entonces, que todos los sábados empezamos a visitar los antros de la zona rosa y de otros lugares, en donde sabíamos que acudían estas personas, todo con el fin de buscar a la persona idónea que pudiera cumplir con tal fantasía. Un sábado, después de acudir a una reunión con unos amigos, con motivo del día del cumpleaños de uno de ellos, nos sentimos con ganas de tomar una copa, fuimos a la zona rosa, entramos al lobby bar de un hotel que se encuentra ahí, para hacerlo. Para la ocasión, mi güera iba vestida a todo lo que daba, vestía un vestido de una sola pieza de color azul, que le caí libremente sobre el cuerpo y le quedaba bien ajustadito, el vestido dejaba ver el par de tetas que se cargaba, unas caderas amplias y sabrosas, y ese par de nalgas que me ponen como loco cuando la pongo en posición, además, únicamente traía una tanguita de color negro, que no se le notaba al agacharse. Por esas cosas de la vida y casi por casualidad, en frente de nosotros se sentó un tipo de color, feo el ...
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