1. Sexo en la vieja hidroeléctrica -6- Principios de diciembre


    Fecha: 04/04/2018, Categorías: Transexuales Autor: superrapado, Fuente: CuentoRelatos

    ... y se marcha.
    
    -¿Tiene alguna bebida espirituosa con que acompañarlo?
    
    -¿Va a beber estando de servicio?
    
    -¿Algún inconveniente?
    
    -Usted sabrá.
    
    El administrativo se mete en lo que parece la cocina y se le oye trajinar.
    
    Mientras, la expresión del policía ha cambiado a sombría y sus ojos miran sin ver el resplandor del fuego de la estufa.
    
    Al poco vuelve el anfitrión portando una bandeja con el prometido café, unos vasos y una botella sin descorchar que no lleva etiqueta alguna. Deja la bandeja sobre la pequeña mesa frente al tosco sofá.
    
    -¿Qué trae ahí?
    
    -Me regalaron esta botella en agradecimiento por agilizar un papeleo.
    
    -Eso es licor ilegal, destilado sin permisos ni garantías.
    
    -¿Qué esperaba, un brandy gran reserva? Soy el administrativo, no el alcalde.
    
    -Entre lo que ha traído y el alcohol de quemar no existe diferencia.
    
    -Pues no tengo otra “bebida espirituosa”.
    
    El agente se sienta en el sofá y toma la taza con el café bien caliente.
    
    -Si no me mata el café envenenado -dice bebiéndolo- lo hará esa pócima.
    
    -Es libre de consumirlo o no.
    
    Yo sí que me serviré -dice descorchando la botella- Espero ahogar mi malestar por no ser capaz de clavarle el cuchillo jamonero que tengo en la cocina.
    
    -Bien. Celebremos su falta de agallas.
    
    Llenan los dos vasos y beben.
    
    Tras el primer trago sus expresiones se tornan torturadas.
    
    -¡Acabo de destruirme el estómago!
    
    -Yo no siento el esófago. Estoy convencido de que el salfumán es más ...
    ... benigno.
    
    -Se lo dije.
    
    -Ya sabe que tiendo a no creerle.
    
    -¿Le sirvo más? -dice el agente.
    
    -Esperaré a recuperar mis constantes vitales.
    
    -Pues con su permiso, yo me precipitaré al coma etílico.
    
    Y se sirve otro vaso que de inmediato consume.
    
    -Le confesaré que necesitaba algo así, duro y enérgico. ¡Uf, hasta ya siento calor! - dice desabrochándose un par de botones de la camisa.
    
    -¿Se va a despelotar en mi casa?
    
    -Como continúe ingiriendo esta pócima del diablo, no le quepa duda.
    
    Y tras unos segundos de silencio, se encara con el administrativo:
    
    -¿Sabía usted que su contacto se ha presentado a testificar?
    
    -No tenía ni idea.
    
    ¿Significa que me van a llamar a mí también?
    
    -No le nombró. Ha declarado que, al enterarse del descubrimiento del cadáver, sintió la necesidad de contar lo que vivió esa noche en la hidroeléctrica y lo que el padre de Cipriano le dijo a su hijo antes de dispararle. También ha mostrado las cicatrices que le quedaron de las perdigonadas.
    
    -¿Le han creído?
    
    -De momento, sí. El hombre se derrumbó varias veces durante la declaración.
    
    Tuvo que pasar un calvario.
    
    Al final, su estrategia con él ha funcionado.
    
    El policía ingiere un sorbo del licor y después pregunta:
    
    -¿No lo ha vuelto a ver?
    
    -Una mañana pasó por la cantina mientras me tomaba el café en el descanso del trabajo. Es la manera de proponer una cita en la vieja hidroeléctrica.
    
    Pero no fui.
    
    -¿Desganado de sexo, usted? No me lo puedo creer.
    
    El ...
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