1. Nuevo encuentro de Eros y Psiquis


    Fecha: 03/04/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Urawan, Fuente: CuentoRelatos

    ... más frenética que la otra.
    
    La jungla milenaria se placía por el erotismo que exudaba la pareja.
    
    El cubil de Eros ya los esperaba ya todo estaba listo con infinita paz, abundantes alimentos y exóticas resinas fragantes. El hogar encendido alumbraba alegremente el recinto. El tálamo estaba presto para acoger la pareja, en él se acostaron. Ella abajo. Eros encima. La excitación se tornaba sublime, maravillosa, fantástica y sobre todo compartida. Él continuaba excitándola más y más con sus caricias y besos por todas las partes de la mujer jaguar, recorrió su busto, los conoció nuevamente como siempre lo hace, se atiborro de ellos, mordisqueo sus pezones. Beso su vientre, su ombligo, sus manos masajeaban con delicadeza su sexo exuberante que destilaba néctar gatuno fuerte, oloroso y penetrante que le pedían que no se detenga y no lo hizo. Psiquis maullaba de pasión y abría sus piernas para ofrecer a su amante toda su intimidad lista para ser poseída. Eros bajo y bajo hasta llevar su golosa boca a su centro de éxtasis, la gata gruño fuertemente al sentir la lengua rasposa de Eros al lamer su feminidad. Psiquis gruño, ronroneo de deseo y pasión soltó al cubil sus orgasmos que estaban escondidos. De pronto ella tomó la iniciativa deseaba ser también la que posea encaramándose sobre él. Gruño y enseño sus colmillos a su amante. Sus ojos zarcos brillaron de excitación sus manos dejaron ver sus garras. Psiquis le beso boca y cuello ahí incrustó ligeramente sus colmillos sacando ...
    ... hilillos de sangre que los lamió. El deseo, la pasión y la lujuria se apoderaron de él también su miembro ya está completamente erguido para poseerla ya pero ella no se detuvo sino que fue poco a poco besando y lamiendo su pecho, mordisqueo sus tetillas que igual sangraron. Lamió también su sangre. Psiquis bajó y bajó hasta el falo de Eros. Lo asió y lo fue lamiendo delicadamente como buena hembra que era. No lo lastimaría sino que lo estimularía para que se yerga más. Se lo engullo todo con mucha delicadeza y ardor. Lamió y lamió todo sin parar hasta cuando ella sintió que el semen de su pareja iba subiendo y subiendo hasta que el falo de Eros lo soltó. Psiquis no se detuvo sino que succionó con fuerza hasta engullirse todo mientras no dejaba de acariciar sus testículos los apretó sutilmente tanto que en la mente de Eros inmóvil se unían cielo y tierra. La amo, la deseo con todas las fuerzas de mí ser inmortal. Psiquis con su acción decía lo mismo: Te amo y te deseo con todas las fuerzas de mí ser inmortal. En ese momento empezó una lucha de quien posee de quien es más activo que el otro. Eros deseaba someterla. Psiquis también. Era una lucha sin perdedores. Desde este encuentro fue ella la que mandó en la relación. Fue ella la que condujo el carro del deseo y dejó que Eros haga lo que ella le dejaba hacer. Ella ponía límites. Fue ella la que pedía más y más dejando a su amante completamente fatigado y pidiéndole más introducciones. Fue en este encuentro que Psiquis dijo no me ...