1. Nuevo encuentro de Eros y Psiquis


    Fecha: 03/04/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Urawan, Fuente: CuentoRelatos

    ... mezcla de mujer y hembra de jaguar que tanto ama y desea. Nuevamente la contempló. Como si fuese la primera vez que la veía le sorprendió su belleza. Sus hermosos ojos zarcos le cautivaban, sus portentosos pechos le pedían ser amasados y gustados, sus brazos le decían ven te abrazo, sus piernas le decían las tendré abiertas para fusionarme contigo, su cola enroscada dejaba ver lo que le enloquecía de excitación y desenfreno su sexo turgente, abombado, carnoso, inflado, rojizo que destilaba abundante fluido oloroso. Psiquis estaba en celo de verano. Allí estaba ella al ser que la poseería, al ser que la haría suya. Allí estaba el ser que tanto había esperado. Su sueño era poseerla nuevamente.
    
    Psiquis llego al abrevadero como siempre lo hace. Se detuvo delante de él. Miró en derredor para asegurarse que no haya ningún intruso que la pueda cazar. Allí estaba bebiendo el agua pura y cristalina inclinada mostrándole su intimidad inflamada, olorosa, húmeda y embebida de pasión. Se podía sentir en el aire su inquietud, su nerviosismo al mínimo ruido sospechoso, ella se perdería en lo espeso de la selva. Los olores que expedía ella eran cada vez más fuertes y penetrantes de pronto Eros dio un gran salto y lanzo su red cuando Psiquis quiso reaccionar ya fue tarde, había sido cazada nuevamente. Ella se quedo inmóvil de angustia, quería salir corriendo pero como ocurrió siempre ya no podía hacerlo. Había sido cazada. Eros espero un rato y se fue acercando poco a poco para no ...
    ... inquietar más a Psiquis, se sentó a su costado y acarició su lomo delicadamente, le miro con ojos de ternura y deseo, le habló con más ternura y empezó a embrujarla como él ya sabía hacerlo.
    
    El rito de amarse nuevamente había empezado. Otra vez Psiquis gruño y sus gruñidos se esparcieron por la selva espesa. Nuevamente Eros le fue tranquilizando como siempre lo hacía con las mismas palabras que cada año le decía: no temas no te haré daño, sabes que nunca te he hecho daño. Me gustas como siempre me has gustado. Deseo que compartamos un buen momento, juntos. Esa es la historia de nuestra vida. Encuentro y desencuentro. Unión y separación…
    
    Como siempre pasaba poco a poco Psiquis fue tranquilizándose recordó como la acariciaba sobre todo cuando llevó su mano a su turgente intimidad. La acariciaba con tanta delicadeza que estaba latiendo como latía su corazón. Fuertemente. Psiquis ya estaba tranquila ya no había la lucha de mente y cuerpo. Eros continuo su labor de amar a Psiquis acariciando lentamente el lomo más de una vez, acarició su busto jugueteó con sus pezones, lamió su sexo y muy sutilmente mordisqueó su clítoris, la fue excitando cada vez más y más. Psiquis había pasado de la furia e irritación por haber sido cazada a un estado delicioso de excitación, de cachondez, de apetito erótico total. Eros le despojo de su red, la abrazó y se adentraron al corazón de la selva para entregarse para poseerse y amarse con lujuria total en una cadena interminable de copulaciones cada una ...