1. Otra vez en manos de taxistas


    Fecha: 29/03/2018, Categorías: Anal Sexo en Grupo Sexo con Maduras Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster

    ... sentí que se deslizaba hasta el fondo de mi vagina, dilatándome como nunca.Con sus manos aferradas a mis caderas empezó a manejar el galope de mi cola sobre su fornido cuerpo. Su tremenda pija comenzó a provocarme placer; mientras ese tipo me movía sobre ella a su entera voluntad…Fue ahí cuando el otro taxista me agarró de los pelos y metió mi cabeza entre los dos asientos. Pude ver su enorme verga a centímetros de mi cara.“A ver, nena, cómo se la chupaste a mi amigo?”Entonces me metió con todo su ímpetu esa dura pija en mi boca, ahogándome con semejante mordaza. Mis labios comenzaron a subir y bajar por ese gran tronco, mientras el Negro desde detrás me bombeaba la concha sin piedad.En unos segundos más, por fin el tipo acabó en mi boca, agregando más semen salado al que ya me había hecho tragar su amigo.El Negro me seguía cogiendo como loco y sus dedos habían empezado a entrar y salir de mi estrecha puerta trasera. Ya podía adivinar sus intenciones.Metió uno y después dos dedos, dilatándome el esfínter anal mientras yo me retorcía de dolor, ya que la fricción sin lubricante era bastante insoportable y me ardía mucho.De pronto sentí que me levantaba por las caderas y se salía de mi concha. Pero la pausa fue breve; apenas lo que duró en pasar esa pija desde la concha hasta mi culo sin escalas. Empujó con todo y en el cuarto ...
    ... embate entró completa hasta el fondo de mi ano. Grité, gemí, lloré y resoplé.El Negro la tenía todavía más dura que antes. Bombeaba y bombeaba dentro de mi culo como manejando los tiempos de su enorme verga.Su amigo aprovechó para meterme otra vez su pija en mi boca.Así estuve otros cinco minutos, con una pija en la boca y otra en mi culo.Ambos acabaron al mismo tiempo. El taxista explotó en mi boca mientras gemía y gritaba como un poseído.El Negro hizo su embestida final en base a un potente y violento empujón y me llenó el culo de leche hirviendo. Quise gritar pero de placer, sentí que mi cuerpo se elevaba y mis piernas ya no eran mías. Pero traté de reprimir mi placer y no di señales de nada, para no hacer más evidente su triunfo.El Negro me sacó su verga todavía erecta y me dio una cachetada en las nalgas que me ardió por largo rato. Me levantó hasta casi tocar el techo con mi cabeza y me plantó un beso de lengua en mi concha que me dejó todavía más loca de lo que ya estaba. Sonrió y me dijo:“Viste, nena… algunos hombres sabemos tratar a las mujeres…”.Después me acarició la cara, abrió la puerta y bajó, yendo hacia su auto.Mi taxista arrancó y unos minutos después me dejó en la puerta de mi casa.“El viaje va por cuenta de la casa, nena…” Me dijo con cierto cinismo.“Cuando quieras un poco más… te paso a buscar en mi taxi…” 
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