1. Suegrita linda (1): Viuda necesita verga


    Fecha: 29/03/2018, Categorías: Sexo Oral Autor: Lobo Feroz, Fuente: CuentoRelatos

    ... en un lugar incómodo y complicado…
    
    - No te compliques ni quiero incomodarte, solo fue un comentario, y que valoro el estoicismo de su resistencia a no ir más allá de un trabajo manual de Alicia. Te lo hacía bien…
    
    El tono jocoso y atrevido había derretido la tensión, derribado la situación incómoda, su palmada sobre mi rodilla era la confirmación que todo estaba bien, la sonrisa pícara y cómplice el aprobado de los avances de la seducción masculina.
    
    Su mano ascendía por el muslo, repto por debajo del short, respiración agitada y no saber qué decir o hacer le otorgan el poder de seguir hasta tener el miembro en su mano. Mi suspiro complaciente dibujó su sonrisa, la motivó sentarse en mi reposera. Masturba despacio, por dentro del short, agita la mano sin dejar de mirarme.
    
    - Te lo hago bien?
    
    - Sí, sí, muy bien, mejor que…
    
    - Y ahora mucho mejor….
    
    Me había sacado el short y estaba haciendo una paja brutal, a dos manos, era evidente que la escucha de nuestro franeleo la noche anterior había hecho estragos en su abstinencia de más de tres años sin carne, ahora la fortuna le había dejado con el hombre de su hija y no pudo contener la necesidad de sentir una verga en sus manos.
    
    - No te resistas, déjame a mí, estas en buenas manos…
    
    - Uffff, sí y que buenas, por favor no pares…
    
    Doña Linda sonrió y se colocó a horcajadas sobre mis piernas, pajeándome a dos manos, estiré mis manos para meterlas por el escote, bajando los breteles y volcando la copa del ...
    ... soutién pude tocar la suave textura de ese generoso par de tetas maduras que se ofrendan para será comidas como el fruto prohibido.
    
    Todo se había desmadrado, desmontó de mi reposera para cumplir mi deseo de sacarse la falda. En un pie de igualdad, terminé por desnudarla y meterle mano en la entrepierna, desbrozar el enrulado vello púbico, introducir un par de dedos curvando hacia arriba de modo que la palma quedara frotando el clítoris.
    
    Sus gemidos se ahogan sobre mi pecho cuando se abraza para reprimir la ansiedad de esa excitación que se manifestó como shock eléctrico que la conmueve toda.
    
    La tumbé sobre una mesa, metiendo los dedos dentro de la aromática cueva, mientras con la boca y lengua acoso sin piedad al vulnerable clítoris, la respuesta incontenible, agitarse en convulsiones, estrujarse los pechos, respirando con suma dificultad. Podía sentir las emociones que transitan por su cuerpo, ese shock que comenzó cuando la emprendí de modo desesperado a lamer y encerrar en mi boca al frágil clítoris, esa corriente se irradia haciendo latir la pelvis, ascender por estómago y producirle contracciones incapaz de controlar, era como si una explosión hubiera tenido lugar dentro suyo, las mejillas enrojecidas, acalorada y sudando, el rostro transfigurado y los ojos con la mirada pedida, daba la impresión de que había perdido el sentido.
    
    Por un momento acusé el impacto de tamaña revelación, detuve mis lamidas y detuve el movimiento de mis dedos. Realmente me había impactado ...
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