1. Cobrando deudas…


    Fecha: 22/03/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: porqueria15, Fuente: SexoSinTabues

    Oh! Por Dios!, está entrando… no lo puedo creer, está entrando y se siente como si un pequeño y suave guante de terciopelo tibio se cerrara alrededor de mi verga… si alguien me hubiera dicho hoy por la mañana que estaría introduciendo mi erecto miembro en el culito de una pequeña de 9 años, nunca en la vida lo hubiera creído… pero aquí estoy, empujando lentamente, mientras la carita de ángel de la pequeña se me queda viendo con esos ojos preciosos color gris y su boquita como tratando de alcanzar un bocado de aire, esto es como un sueño… 2 horas antes…. - Buenos días, se encuentra el Señor Domínguez en casa – le pregunte a una señora que salió a abrir la puerta que segundos antes había estado tocando. - No el Señor Domínguez no está, ¿quién lo busca? – pregunto secamente la señora que bien calculados tendría unos 35 años, o tal vez menos, pero con el vestido desalineado, la ojeras que tenía pintadas y el cabello descompuesto no podría apostar por menos, sin embargo algo en sus ojos me indicaba que era mucho más joven. - Soy el Licenciado Víctor Asturias, vengo en referencia a unos negocios pendientes con el Señor Domínguez – mentí, ya que lo que llegaba era a cobrar los pagarés firmados por Domínguez por el alquiler de unos locales que había negociado en el pasado, pero que por lo que sabía no le había fructificado el negocio y ya tenía vencidos más de 6 de ellos, lo cual ascendía a una muy buena cantidad de dinero. - Bueno – dijo la señora, cambiando de semblante – si es ...
    ... por negocios le puedo decir la verdad, y es la que le he repetido a cuantos han venido a buscar al hijo de puta de mi marido… ¡SE HA LARGADO! – Me dejo ir a quemarropa la señora poniendo los brazos en jarras y plantándose en la puerta. Realmente yo ya sabía esa situación, me he preciado de ser un excelente negociante y raramente me dan un esquinazo como el que Domínguez pensaba darme, por ello durante las negociaciones de los pagarés, logre que los abogados lo forzaran a que los amparara por lo bienes de su esposa, que era dueña de la casa y del automóvil según constaba en los registros. - Ok, de acuerdo – le dije – entonces puedo hablar con usted, que asumo que es la Sra. De Domínguez. – Eso le cambio el semblante, posiblemente la mayoría de deudores se iban con un palmo de narices con la sentencia que me acababa de dar, pero al ver mi mirada tranquila la puse a dudar y bajando los brazos me pregunto - ¿y que quiere hablar conmigo? - Si me permite pasar, le explicare. – creo que mi aplomo y seguridad la termino de desarmar, y franqueando la puerta me introduje en la casa, ella no pudo más que seguirme con la mirada y dando por sentado que tendría que atenderme entro detrás de mi cerrando la puerta. Al entrar pude apreciar que la casa era muy amplia, aunque algo descuidada, había libros y cuadernos regados por la mesa del comedor, y en la sala se escuchaba un programa de Disney Channel para pre-adolecentes. Me quede de pie en el corredor que comunicaba la sala con el comedor y ...
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