1. Secretos de familia


    Fecha: 21/03/2018, Categorías: Lesbianas Autor: Chrom, Fuente: CuentoRelatos

    ... momento.
    
    —Si me necesitas, ya sabes donde estoy. —dijo Rebeca dándole la espalda, sabiendo que su hermano estaba deleitándose con las formas de su culo.
    
    —A la mierda! —gritó mentalmente Jaime al tiempo que lanzaba la almohada contra la pared.— Que pase lo que tenga que pasar.
    
    La verdad es que Jaime hubiese dormido un poco más, pero su cuerpo le pidió despertarse.
    
    —Buenos días Ingrid. —dijo cruzando las manos detrás de la espalda.
    
    —Buenos días Señorito Jaime. —contestó está sacándose la polla de Jaime de la boca.— Quiere bajar ya a desayunar?
    
    A modo de respuesta, Jaime tomó la cabeza de Ingrid y la dirigió de nuevo hacia su polla. Está sacando la lengua, abarcó la base de la polla con su boca y la recorrió lentamente hasta llegar al glande, momento en el que se la metió entera enterrándosela en la garganta. Comenzó a mover la cabeza cada vez mas rápido sintiendo como se abría su garganta. Cuando sintió que la faltaba el aire, se la sacó dejando un rastro de saliva que unía su boca con la polla. Apenas tuvo tiempo de llenar los pulmones cuando ella misma se ensartó de nuevo la polla hasta el fondo de la ...
    ... garganta. Sintió como los músculos de Jaime se tensaban y se le endurecía, aún mas si cabe, la polla, por lo que, aun faltándole el aire, se obligó a seguir follándose la garganta aún más violentamente. La corrida de Jaime no se hizo esperar y buena cantidad de semen se deslizó por su garganta camino de su estómago.
    
    —Gracias Ingrid. Aunque no lo sepas, me has ayudado mucho con una decisión que tenía que tomar.
    
    —Siempre es un placer, Señorito Jaime. —consiguió decir con los ojos llorosos por el esfuerzo.— Quiere que le ayude con algo mas? A ducharse? O prefiere que llame a Olga?
    
    —No, gracias. Hoy me ducharé yo solo.
    
    Jaime se dirigió al baño cuando Ingrid abandonó su habitación. Si había alguna duda de porqué Ingrid seguía trabajando para su padre a sus 60 años, esta había sido disipada hace unos minutos. Y pensar que cinco años atrás le había pedido a su padre que la despidiese para contratar a alguien mas joven!, alguien como Olga. Menos mal que no le había hecho caso.
    
    —Joder. Adoro mi vida. Adoro mi familia —dijo al abrir el agua caliente.— Que pase lo que tenga que pasar. A tomar por culo. Ella lo ha querido. 
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