1. Volviendo del enojo


    Fecha: 18/03/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Geronimo68, Fuente: CuentoRelatos

    Lejos de tomarme revancha, simplemente hice lo imposible por soportar la abstinencia y no serle infiel. Más valía esperar a agregar más leña al fuego. No fue fácil porque estaba acostumbrado a una vida sexual activa. Después ella comenzó a salir libre y despreocupadamente con amigas, mientras yo mascullaba rabia. No creía que me engañara. Simplemente salía a hacer su vida y distraerse. Volvía temprano, tranquila y se iba adormir. Yo intentaba pero ella seguía firme en su decisión de no entregarme su cuerpo.
    
    Así pasaron unos meses y ya mis ganas me podían pero soportaba. Hasta que cometió un error “fatal”. Un día, o mejor dicho una noche, salió con sus amigotas y volvió… ebria! La trajeron hasta la puerta y cuando oyeron ruido a cerradura, la dejaron y casi salieron huyendo para no encontrarse conmigo. Por lo tanto la tomé del brazo para hacerla ingresar a la casa, tras lo cual me sorprendió con un… -Gracias cariño! un tanto confuso en la pronunciación. Despacio la fui llevando al dormitorio, la ayudé a sentarse en la cama y sonreía. No soportó mucho así sentada y se dejó caer de espaldas. Seguía con la sonrisa en el rostro y los ojos entrecerrados. –Uf… hacía mucho que no me ponía borrachita… muy borrachita, murmuró.
    
    -No importa… te ayudaré a acostarte, le dije y fui a desabrocharle la blusa. Entonces tuvo como un momento de lucidez y trató de tomarme la mano…
    
    -Nnno… déjame…!
    
    -Solo intento ayudarte… no te puedes dormir así vestida…
    
    -Nnnno… yo lo ...
    ... haré!
    
    Solo me sonreí y pacientemente, durante unos quince minutos, esperé que trabajara para desabrochar un solo botón sin lograrlo.
    
    -Ufff… maldito… botón…
    
    -Me dejas que te ayude?
    
    -Mmm… seee…
    
    En un ratito le quité la blusa, los zapatos, el pantalón para dejarla en bragas y tetas al aire ya que, evidentemente, había salidos sin brasier. Instantáneamente fui tomando temperatura al verla así. Seguía estando buena!
    
    -Me has dejado en pelotas… cuidado con abus… abusarte…
    
    -Descuida cariño, le dije y como sin querer le rocé entre el vientre y el pubis…
    
    -Oooye, que haces...?
    
    -Que nada mujer… que fue accidental…
    
    -Mmmse… claro…
    
    Fue lo último que dijo y cerró los ojos. Me incliné para sentir su aroma a hembra a través de la tela y acariciarla con la nariz. Involuntariamente, su pubis se estremeció. La acaricié con el reverso de la mano para luego darla vuelta y palpar la curvatura, atreviéndose mi dedo mayor a seguir la hendidura entre los carnoso labios vaginales. Un leve gemido se le escapó y su mano pretendió detener la mía pero le faltó firmeza. Le corrí la tanga a un costado para poder ir con mi boca directo a sus pliegues íntimos. Tuvo un último intento de resistencia más por borrachera o por gusto no pudo. Extrañaba esos sabores, esos aromas, por lo que la lamí con ansias. Mi lengua se ensañó con su rosado botoncito, en tanto sus flujos brotaron en señal de calentura. Abandonada ya a su suerte, se empezó a retorcer y gemir. También para ella había sido la ...
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