1. Ricardo, su primera vez con una travesti


    Fecha: 11/03/2018, Categorías: Anal Hardcore, Transexuales Autor: azazel1976, Fuente: xHamster

    ... pelo. Sólo un reguero entre sus pezones, un caminito sensual que llevaba hasta el ombligo y de ahí partía otra hilera que se perdía en el pantalón. Sus brazos se veían fuertes y no sé por qué pero me sentí excitada. No sé si fue al sacar a Ana o verlo semidesnudo, pero lo cierto es que por primera vez pensé que podría haber sexo. Quizá la gota que colmara el vaso fueran sus ojos. Brillaban. Y su expresión embobada acabó por desarmarme. Noté cómo me deseaba. Observé que acababa de empezar su segundo botellín de cerveza, pero este quedó a mitad del camino a su boca. Me di la vuelta y él cambiaba la mirada de mi culo a mis piernas. Me senté a su lado y crucé las piernas.─Bueno, ¿qué te parece?─Ana estás… ─titubeó─ Estás para comerte.Observé un bulto en su pantalón que antes no estaba. Eso acabó por excitarme. Se levantó, fue a la cocina y me trajo otro botellín. No lo sabíamos, pero no llegaría a dar ni un sorbo. Volvió a sentarse, esta vez más cerca de mí, y puso una mano en mi muslo. Me agradó el contacto. Encendió la tele y nos quedamos mirando un documental sobre pájaros. Era tan tímido que daban ganas de comérselo a besos. Puse una mano encima de la suya y me sentí como una mujercita al lado de su hombre. Normalmente, cuando sacaba a Ana, lo que sentía era un deseo sexual tremendo. Esta vez era diferente, también había ternura.─Oye, Ana…─Dime, Ricardo.─¿Te gusto…?Dejó la pregunta flotar en el aire. Lo miré de arriba abajo y pude ver su vulnerabilidad. Tenía miedo al ...
    ... rechazo. Pero a mí ya me tenía ganada. Acerqué lentamente mis labios a los suyos, hasta que se encontraron. Fue un beso suave, casto, casi sin respuesta de él, por lo sorprendido de mi reacción. El segundo beso fue mejor, incluso escapándosele un suspiro. En el tercero noté su lengua abriéndose paso en mi boca. Ardía y era húmeda. La recibí con gusto. Estábamos como dos adolescentes, sentados en el sofá y cada uno girando la cabeza hacia el otro, estriando un poco el cuello para besarnos. Quise superar mi timidez y me levanté. Dejé el botellín intacto en la mesa y el sonido de mis tacones en el suelo me hizo sentir sexy y poderosa. Me arrodillé frente al sofá. Desabroché el cinturón y le bajé la cremallera del pantalón. Le miré a los ojos, como pidiendo permiso. Su respiración estaba agitada y se levantó un poco para bajarse los pantalones. Unos slips blancos mal escondían un buen bulto. Los bajé. Me saludó una tremenda verga erecta. Mientras me maquillaba había pensado que probablemente no se vería la polla con la barriga. Pero no era así, lo acababa de confirmar y sentí una profunda excitación. Había tenido ya tres o cuatro experiencias con hombres, pero aquella era la más grande que había visto. Una herramienta de unos 20 centímetros, gruesa y coronada por un capullo enorme. Estilo seta, había oído decir alguna vez por los chats. La imagen me quedó clara en aquel momento. Al momento se dio cuenta de mi cara y una sonrisa brotó en sus labios. Lamí el enorme glande, despacio, como ...
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